Es la vuelta del guitarrista cordobés, uno de los más importantes de nuestro tiempo, al flamenco. Es el sonido Vicente Amigo, esa música flamenca evanescente, ese concepto personalísimo, muy imitado, de la rítmica flamenca, también de la pulsación. Se trata de un buen ramillete de música flamenca totalmente nueva. Guitarra flamenca de concierto, sin más historias. Hay que decirlo con todas las letras: Memoria de los sentidos es una de las obras mayores de su autor. Esa que echábamos de menos desde hace tantos años. Con temas largos en los que explayarse, donde Amigo puede expresarse a sus anchas, sin cortapisas. Con mucha guitarra, que es lo que deseamos. Lo que se espera de un guitarrista genial, como es Amigo.

La fragua es una impresionante seguiriya de El Pele que, después de la introducción vocal nos ofrece 10 minutos impresionantes de música instrumental, guitarra y percusión. Un gran tema y un buen ramillete de falsetas nuevas, bellísimas, emocionantes, directas, incisivas y misteriosas. Sin estribillos y sin otros instrumentos melódicos que den la réplica al solista. Un verdadero 'tour de force'.

Sevilla es una soleá poderosa y plástica, de guitarra y palmas, con esa cosa fría, metálica, de la guitarra de los 90, flamenco técnicamente preciso, categórico, contundente, pero donde hace acto de presencia el lirismo y las características modulaciones de la casa. Los Tientos del candil cuentan con la voz de Miguel Poveda. La melodía, como la letra, hace un guiño a la zambra caracolera. El catalán canta con la expresión al límite de la emoción y Amigo le da la réplica con otro ramillete de brillantes variaciones, algunas con la guitarra doblada y con modulaciones a tonos menores absolutamente imprescindibles. Otro clásico que añadir al cancionero de Amigo. Ofrece el compositor una mirada renovada a un estilo, los tientos, que permanecía estancado desde hace 100 años. La obra se cierra con un impresionante Requiem para Paco de Lucía con las voces de Niña Pastori, Arcángel, Poveda, Rafael de Utrera, Pedro el Granaíno y la del propio autor. Alegrías, tangos y bulerías por partida triple completan un disco que nos devuelve al mejor Amigo.