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Europa arma a Gadafi

Europa se enfrenta a una incómoda contradicción: mientras la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, pide a Muamar el Gadafi que no reprima a su pueblo, un informe oficial revela que el excéntrico líder libio podría estar cortando las alas de las aspiraciones democráticas de sus compatriotas con bombas fabricadas en Europa.

Consciente de que fusiles, pistolas o bombas europeas podrían, en este preciso instante, estar siendo utilizadas para provocar un baño de sangre contra la población libia, Bruselas anunció ayer que los 27 socios han decidido, hasta nueva orden, suspender sus exportaciones de armamento con destino a Trípoli.

"Todo el comercio de armas y licencias (de exportación de armas a Libia) han sido suspendidos por parte de todos los socios de la UE implicados", comentó ayer Maja Kocijancic, portavoz de Ashton.

"Armas belgas para reprimir a la población libia", titulaba el periódico belga Le Soir. El rotativo accedió a informaciones militares según las cuales la empresa FN Herstal, de Valonia (la comunidad francófona del sur del país), vendió a Gadafi en julio de 2008 un importante cargamento de armas.

Se trata, entre otros materiales, de 400 fusiles de asalto F2000, 367 pistolas-ametralladoras P90, más de 22.000 granadas de obús y 1,134 millones de municiones para el 32 batallón del Ejército libio. El total del contrato se eleva a 5,3 millones de euros.

No obstante, se trata de una parte mínima de la cantidad de armas made in Europe que han llegado a Trípoli en los últimos años. Por ejemplo, un informe de la UE revela que Italia y Malta figuran entre los socios del bloque comunitario que más armas han vendido a Gadafi, seguidas de Alemania, Francia y el Reino Unido.

De acuerdo con el último informe anual sobre exportación de armas europeas, de 2009, los socios comunitarios concedieron 343 millones de euros en licencias de exportación de armas a Libia, un país considerado amigo por socios como Italia, ex potencia colonizadora, pero que sobre el papel no resistiría ni el más mínimo examen de calidad democrática.

De hecho, la Política Europea de Vecindad, que nació en 2004 tras la ampliación a diez nuevos socios, tiene una cláusula específica según la cual la UE se compromete a impulsar la cooperación con sus socios, muchos de ellos de la franja norte de África y la ribera sur del Mediterráneo, en base a los "valores europeos" como la democracia y el respeto de los derechos humanos.

Y es que, según el informe de la UE, el montante de exportaciones de armas fabricadas en Europa para el Ejército libio se eleva a 174 millones de euros, según datos de enero.

Italia, por ejemplo, concedió licencias de exportación de armas a Libia por 112 millones de euros, de los cuales la parte más suculenta -108 millones- corresponde a la venta de aviones y helicópteros.

Sorprende que la pequeña Malta sea la segunda en el listado, con 80 millones de euros en licencias de armas, sobre todo de pequeño calibre, como pistolas y subfusiles.

Alemania queda en tercer lugar, con licencias de exportación de armas por valor de 53 millones de euros, la mayor parte para equipos electrónicos, por ejemplo para neutralizar las comunicaciones por telefonía móvil, internet y sistemas GPS.

La gran pregunta en Europa es: ¿están sirviendo esas armas para reprimir a la población libia? Ruddy Demotte, primer ministro socialista de la región belga de Valonia, sede de la empresa FN Herstal, lo niega. "El contrato firmado estipula expresamente que las armas (belgas) están destinadas al 32 batallón de las fuerzas de élite del Ejército libio en el marco de una misión de protección de los convoyes de ayuda humanitaria con destino a Darfur... Esas armas no están pensadas para ser usadas en Libia", afirmó.

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