Cambio en la casa blanca Los africanos fueron esclavizados en el norte de América durante 250 años

Fiesta en un edificio de esclavos

  • Obama tomará posesión en la escalinata del Capitolio, un símbolo construido por afroamericanos que carecían de libertad

No habrá escasez de momentos emotivos cuando Barack Obama se coloque en las escalinatas del Capitolio norteamericano mañana para asumir su cargo como el cuadragesimocuarto presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

Pero poco igualará la intensidad del hecho de que el primer presidente negro en la historia de Estados Unidos estará situado sobre una estructura que fue mayormente construida por esclavos, que asumirá utilizando una Biblia que fue usada por Abraham Lincoln, el legendario presidente que luchó la Guerra Civil para poner fin a la esclavitud, o que mirará hacia un paseo donde Martin Luther King Jr. inspiró al movimiento por los derechos civiles en 1965 con su discurso "Tengo un sueño".

"Cierra el círculo de la historia para los afroamericanos", dijo Jesse J. Holland, autor de un reciente libro, Black Men Built the Capitol (Los negros construyeron el Capitolio), que documenta el papel de los esclavos que construyeron los símbolos del poder gubernamental estadounidense. "El hecho de tener a un afroamericano en el mayor cargo del país no indica que todo sea ya perfecto, pero es una medida definitiva de éxito y mejora", señaló en una entrevista con la agencia dpa.

Holland descubrió que la esclavitud estuvo involucrada prácticamente en cada fase de la construcción de la Casa Blanca y el Capitolio, desde la extracción de piedra caliza en Virginia usada en el imponente edificio de la sede legislativa hasta el trabajo en acabados interiores.

Destaca que el National Mall, ahora lleno de parques, monumentos, edificios gubernamentales y museos, fue durante muchos años el lugar donde se levantaban numerosos mercados de esclavos.

"La esclavitud fue legal en el distrito de Columbia hasta que el presidente Abraham Lincoln la abolió en 1865", dice. "La mayor parte de los primeros ocupantes de la Casa Blanca eran dueños de esclavos, así que es tremendamente simbólico que Obama tenga su oficina dentro de un edificio que fue construido por esclavos". 

Aunque el propio Obama no desciende de una familia de esclavos, su mujer Michelle sí. El padre negro de Obama era de Kenia, y los genealogistas han descubierto que sus ancestros por línea materna de hecho fueron dueños de esclavos.

Sin embargo, el 20 de enero el color de su piel hablará más fuerte que sus ancestros específicos, simbolizando el progreso que han logrado los afroamericanos en un país donde aún existía la segregación legal en algunos estados hace menos de cincuenta años.

Los africanos fueron esclavizados en Norteamérica durante unos 250 años después de la llegada masiva de personas procedentes del continente negro desde 1607. La victoria de la Unión en la Guerra Civil norteamericana liberó a unos cuatro millones de esclavos en 1865, momento en el cual constituían un 10 por ciento de toda la población del país.

Sin embargo, la discriminación continuó durante más de 100 años y distintas normativas les impedían votar en el sur. El antiguo baluarte de la esclavitud además tenía un rígido sistema de apartheid que expuso a los afroamericanos a constantes humillaciones. Los linchamientos y malos tratos de todo tipo eran comunes y en su mayoría no eran castigados.

A pesar del éxito del movimiento de los derechos civiles, la comunidad negra continúa sufriendo de falta de educación y de oportunidades.

Los negros, que son el 13% de la población estadounidense, sufren peores condiciones de salud y menor expectativa de vida, por el contrario representan el 45% de la población carcelaria total.

La tasa de pobreza entre los afroamericanos es del 24,5%, casi el doble de la nacional y más del triple de la existente entre blancos no hispanos, según las cifras que ofrecen las estadísticas oficiales.

Obama ha reconocido estas dificultades, pero al mismo tiempo ha desafiado a la comunidad negra a hacer más para superar sus problemas culturales y evitar regodearse en el estigma de la victimización. Su ascenso al poder otorgará un fuerte impulso a estos esfuerzos.

"La potencia del momento viajará mucho más allá de los límites de la negritud", escribió el periodista Terence Samuel en TheRoot.com, una web de pensamiento negro. "Su éxito ha sido un repudio de un pasado horrible y un poco de absolución por nuestra larga y pecaminosa historia racial. Es una historia estadounidense, y éste es un Estados Unidos diferente", asegura.

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