La lucha contra el terrorismo Pruebas irrefutables de malos tratos a los detenidos

"Guantánamo es una mancha en la historia del Ejército de EEUU"

  • Darrel Vandeveld, ex fiscal militar, cuenta cómo lo que vio y vivió en la base militar en Cuba era radicalmente incompatible con las creencias de su fe católica

Los tribunales utilizados para juzgar a los sospechosos de terrorismo en la bahía de Guantánamo son "una mancha en la historia el Ejército estadounidense", asegura un ex fiscal militar, Darrel Vandeveld, en su primera entrevista desde que abandonó el cargo.

En declaraciones a la BBC, el teniente coronel Vandeveld explicó cómo la contradicción entre su fe religiosa, él es un católico devoto, y el deber militar le provocó una profunda crisis moral.

Su dimisión hizo que se desestimaran los cargos contra seis prisioneros -al menos por el momento- y que se pusiera en cuestionamiento la posibilidad de llevar a cabo un juicio justo en Guantánamo.

"Conozco a muchos hombres y mujeres valientes cuyas reputaciones han quedado mancilladas por Guantánamo, por eso estoy aquí para decir la verdad sobre ese lugar y cómo unas pocas personas han ensuciado al Ejército estadounidense y a la Constitución", señaló durante una entrevista en Erie, Pensilvania, su ciudad natal.

Darrel Vandeveld, reservista, fue convocado como abogado militar después de los atentados del 11 de septiembre y sirvió en Iraq, Bosnia y África. En 2007 se convirtió en fiscal de las comisiones militares establecidas en la Bahía de Guantánamo para juzgar a los sospechosos de terrorismo, papel que asumió con gran entusiasmo.

"Fui allí con una misión y mi misión era condenar a la mayor cantidad de detenidos posibles y enviarlos a prisión por el mayor tiempo posible", dijo a la BBC. "No tenía ninguna duda. Era un creyente ferviente". Pero su fervor no duró mucho.

Cuando llegó, encontró la oficina del Fiscal en un estado caótico, con cajas desparramadas por el suelo, carpetas por todas partes, documentos con evidencias esparcida por aquí y por allí y muy poca claridad respecto a la cadena de mando.

Muy pronto descubrió también que los abogados defensores no estaban recibiendo información que podría ayudar a establecer la inocencia de sus clientes, incluyendo evidencias de que los sospechosos habían sido víctimas de "malos tratos" para extraerles una confesión.

Fue un caso en particular, el de un joven afgano llamado Mohammed Jawad, el que más le preocupó. Jawad estaba acusado de lanzar una granada contra un vehículo militar estadounidense.

Vandeveld dijo que encontró en un armario pruebas irrefutables de que Jawad había sido maltratado. Después de que Jawad tratara de suicidarse golpeándose la cabeza contra una pared en la prisión, Vandeveld dijo que los psicólogos que asistían a los interrogadores les sugirieron aprovecharse de la vulnerabilidad de Jawad sometiéndolo a una serie de técnicas especializadas de interrogación conocidas como fear up (atemorizar al detenido).

Siendo un católico devoto, Vandeveld se quedó intranquilo con este descubrimiento. Pero dadas las características de su trabajo, no podía compartir sus crecientes dudas con sus amigos y familiares.

Fue así que tomó la iniciativa -poco común- de enviarle un correo electrónico al padre John Dear, un cura jesuita y reconocido activista por la paz, en el que Vandeveld relató sus "serias dudas".

En un principio, el padre Dear no sabía si el correo era en serio con lo cual le respondió muy brevemente. "Como que no le creí. Pero por si de verdad se trataba de un fiscal militar le escribí diciendo abandona".

Vandeveld dijo que se quedó con la boca abierta cuando lo leyó y agregó "temía recibir esa respuesta". Pero dimitió y eligió hablar sobre lo que vio, otorgándole a la BBC su primera entrevista. "No había sentido esa angustia por algo en toda mi vida", dice reflexionando sobre su tiempo en Guantánamo. "Me costó mucho tiempo reconocer que habíamos abandonado nuestros valores estadounidenses y profanado nuestra Constitución".

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