Estados unidos Sus biografías compiten en las librerías en espacio con los volúmenes dedicados al dirigente actual

Lincoln, el presidente de moda

  • La figura del mandatario, que pasó a la Historia por abolir la esclavitud en EEUU y de cuyo nacimiento se cumplen hoy 200 años, está experimentando un renacer de grandes dimensiones gracias a Obama

Llegó a la Casa Blanca en un momento crucial para EEUU, comenzó su carrera política en Illinois y es ahora mismo el presidente de moda en su país: ¿Es Barack Obama? No, Abraham Lincoln, de cuyo nacimiento se cumplen hoy 200 años.

El mandatario que pasó a la Historia como quien abolió la esclavitud en EEUU está experimentando, en su 200 cumpleaños, un renacer de grandes dimensiones, en parte gracias a los paralelismos que su sucesor actual ha querido subrayar.

Las cadenas de televisión emiten documentales sobre su vida y en las librerías una serie de biografías y de análisis de su mandato compiten en espacio con los volúmenes dedicados a Obama.

El teatro Ford, en el que John Wilkes Booth le asesinó de un tiro a bocajarro en 1865, ha terminado justo a tiempo para el aniversario una renovación completa de sus instalaciones.

Sólo en Washington se han organizado decenas de exposiciones para conmemorar el aniversario. La Biblioteca del Congreso, por ejemplo, inaugura hoy Sin malicia para nadie, una muestra que exhibirá la Biblia presidencial, el primer borrador de la Proclamación de Emancipación de los esclavos y hasta el libro de gramática que Lincoln utilizó de niño.

Todo esto después de que la ceremonia de investidura de Obama se conviertiera en un homenaje continuo al presidente número 16 de EEUU. El presidente actual ya había comenzado sus guiños al que muchos consideran el mejor presidente de la historia de EEUU hace dos años, cuando anunció su candidatura a la Casa Blanca en Springfield, la capital de Illinois y el lugar desde donde Lincoln comenzó su ascensión a la Presidencia del país.

El homenaje fue a más. Obama, que como Lincoln es de profesión abogado y comenzó su carrera como senador estatal de Illinois, llegó a Washington para su investidura en un recorrido en tren, como su predecesor, desde Filadelfia a Washington. Además, el presidente ofreció un concierto gratuito en vísperas de su toma de posesión y eligió como lugar... el Monumento a Lincoln.

Obama efectuó la jura del cargo en sí sobre la Biblia que había usado el presidente número 16 hace 148 años, y que no había vuelto a usarse para tal fin.

El título de su discurso de investidura, Un nuevo nacimiento para la Libertad, estaba sacado del Discurso de Gettysburg, uno de los más célebres de la Historia del país. En esa alocución, para conmemorar el establecimiento del cementerio militar nacional en ese campo de batalla, el presidente Lincoln afirmó en plena Guerra de Secesión que "el Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra".

El homenaje al presidente republicano en la investidura de otro demócrata continuó literalmente hasta en la sopa.

En el almuerzo tradicional del nuevo presidente con los legisladores en el Capitolio inmediatamente tras la ceremonia, Obama compartió con los congresistas un menú basado en los gustos de su predecesor en el cargo, a base de sopa de mariscos, faisán y pastel de manzana.

Obama ha buscado inspiración en Lincoln también a la hora de seleccionar a su equipo.

Como el presidente abolicionista, se ha rodeado de un equipo de rivales, en el que confluyen tanto republicanos como el secretario de Defensa, Robert Gates, como su antigua antagonista en las primarias, Hillary Clinton.

Y, como no podía ser menos, el flamante presidente se desplazará hoy, en una de sus primeras salidas fuera de Washington, a Springfield para participar -y pronunciar un discurso- en un banquete de homenaje a Lincoln.

Si el presidente número 16 llegó a la Casa Blanca bajo la amenaza de la posible ruptura de la Unión, Obama se enfrenta a la peor crisis económica desde la Gran Depresión, para la que propone un plan de estímulo.

Si el pasado reciente sirve de modelo, hoy habrá que esperar que, de nuevo, el presidente Obama invoque en su discurso el espíritu de Lincoln para que acuda en su auxilio.

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