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Obama asegura que "la historia está en marcha" en Egipto

  • El presidente de EEUU destaca que los jóvenes egipcios han sido los protagonistas del cambio

El presidente de EEUU, Barack Obama, aseguró que "la historia en marcha" en Egipto y reiteró su llamamiento a una transición "genuina y ordenada".

En un discurso en Marquette (Michigan), el presidente estadounidense aseguró que "seguimos muy de cerca" los acontecimientos en Egipto y "tendremos más cosas que decir a medida que se vayan desarrollando".

"La Historia se desarrolla ante nuestros ojos" en Egipto, declaró el líder estadounidense, quien aseguró que su Gobierno "hará cuanto esté en su mano para apoyar una transición genuina y ordenada".

El país árabe está viviendo "un momento de transformación", aseguró, en una referencia a los acontecimientos en la nación del Nilo incluida en el último momento en su discurso.

En su declaración, el presidente estadounidense recordó que quienes han protagonizado los llamamientos en favor del cambio en Egipto han sido "los jóvenes", que continuarán "estando al frente a medida que se avance" en el proceso de reforma.

Obama recibió un informe sobre la situación por mediación de su consejero de Seguridad Nacional, Tom Donilon, inmediatamente antes de emprender viaje a Marquette, y desde entonces ha recibido constantes actualizaciones. Según indicó, lo que EEUU quiere en Egipto "no ha cambiado". Washington demanda un proceso de transición legítimo, creíble e irreversible que conduzca a unas elecciones libres y transparentes.

Pero la realidad es que hacía mucho tiempo que un cambio del mapa político no tomaba tan de imprevisto a Estados Unidos. Su aliado más importante en el delicado equilibrio de Oriente Próximo se convirtió de un día al otro en un territorio de absoluta incertidumbre.

El último giro de la postura de Washington frente a la ola de protestas en Egipto había consistido en apoyar la ronda de diálogo con la oposición iniciada por el vicepresidente Omar Suleiman.

Un error, según The Washington Post, que sostenía que el objetivo real de Suleiman era limitar las reformas democráticas en lugar de impulsarlas. Del lado equivocado calificaba el diario la posición del presidente Barack Obama, siempre empecinado en aparecer políticamente correcto.

También la revista londinense The Economist calificaba en su última ed ición de error apoyar desde Washington una "prolongada transición controlada apuntalando a Mubarak o alguien como él". "El rechazo popular a Mubarak ofrece a Oriente la mejor oportunidad de reforma en décadas", afirmaba el semanario.

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