Reino unido Los sondeos sitúan al primer ministro 'sólo' 15 puntos por debajo de los conservadores

La crisis resucita a Gordon Brown

  • Mientras los bancos quiebran en todo el mundo y los títulos financieros se precipitan en picado, el 'premier' propaga la mejor imagen de sí mismo: una persona seria para los serios tiempos que corren

No es común ver a Gordon Brown tan distendido como hace algunos días, cuando su discurso fue interrumpido por el timbre de un teléfono celular que sonó desde su auditorio. "Desconozco si volvió a quebrar un banco", se le escuchó decir muy suelto de cuerpo al primer ministro británico.

Objetivamente no había razón para que Brown, pocas horas después de la presentación de un plan de rescate por 635.000 millones de euros de dinero de los contribuyentes británicos, se mostrara tan distendido. La crisis financiera parece sentarle bien.

Washington, Nueva York, París y Downing Street: el caos bancario mundial le ofreció esos escenarios a Brown la pasada semana. El primer ministro consiguió lucirse en todos ellos. Se exhibió junto a otros gobernantes en el exterior, estatalizó en el Reino Unido un nuevo banco y, junto a su ministro de Finanzas Alistair Darling, pudo atar un paquete de rescate que supo vender y explicar bien a la opinión pública.

Estos días, su imagen es la que Brown propagó de sí mismo: la persona seria para los serios tiempos que corren, que sabrá timonear el barco en la tormenta. Mientras los bancos quiebran en todo el mundo y los títulos financieros se precipitan en picado, el ex ministro de Finanzas parece encontrarse en su elemento. "Si se piensa dónde se encontraba hace solamente un mes, decididamente le está yendo mucho mejor", dicen colaboradores del entorno de Brown.

Un par de semana atrás, el premier atravesó por la peor fase de su gestión. Su nivel de popularidad caía a niveles nunca vistos. Un discurso sumamente emotivo ante el congreso laborista celebrado en Manchester lo sacó del pozo. Con la frase "éstos no son tiempos para principiantes" pareció adelantarse a la etapa más dramática de la crisis financiera mundial.

Nada mejor que la actual crisis para su resurrección política. Su partido cerró filas tras él y la designación del ex comisario europeo de Comercio Peter Mandelson como secretario de Finanzas calmó los ánimos de los seguidores del ex premier Tony Blair. Hasta el líder conservador, David Cameron, está buscando colaborar con Brown.

Queda saber si Brown conseguirá obtener algún rédito a largo plazo de esta situación. Los sondeos lo sitúan 15 puntos por debajo de los conservadores. En algún momento la oposición criticará que de sus encuentros con otros jefes de Gobierno no hayan surgido resultados demasiado tangibles.

Durante su congreso, los conservadores responsabilizaron a Brown de no haber hecho lo necesario, en sus tiempos al frente de Finanzas, para impedir las peligrosas transacciones de los bancos. Y los electores juzgarán la gestión de Brown en 2010 no tanto en función de su actuación durante la crisis, sino de cómo quede el Reino Unido al calmarse el temporal.

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