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El juicio a los supuestos golpistas divide a la clase política turca

  • La red Ergenekon pretendía sembrar el caos con atentados para derrocar al Gobierno

El macro juicio contra la red golpista Ergenekon, que divide a la clase política de Turquía y a los medios de comunicación, comenzó ayer en las dependencias de la cárcel de Silivri (Estambul).

Según la Fiscalía, esta organización formada por mandos militares retirados, periodistas, políticos y académicos, pretendía sembrar el caos con atentados terroristas para provocar un ambiente favorable a un golpe de Estado del Ejército que derrocase al Gobierno islamista moderado de Recep Tayyip Erdogan.

La presencia de los 86 acusados (de los que 46 permanecen en prisión provisional), sus 66 abogados, los casi 300 periodistas y la multitud de curiosos complicó el inicio del proceso.

Tras identificar a los imputados, el tribunal decidió posponer el juicio hasta el jueves.

Entre los acusados, ayer tomaron la palabra el abogado ultranacionalista Kemal Kerinçsiz y el líder del Partido Obrero, Dogu Perinçek, que no reconocieron la jurisdicción del tribunal para juzgarles. "No nos podéis juzgar, estáis violando competencias del Tribunal Constitucional", se quejó Perinçek.

Los diarios liberales, izquierdistas e islamistas consideraron este juicio como un paso "histórico" para que Turquía arregle las cuentas con la guerra sucia del llamado "Estado profundo" -las conexiones entre mafia, ultranacionalismo y fuerzas de seguridad- mientras los diarios laicos y nacionalistas lo ven un juicio político dirigido por el Gobierno.

El proceso se ha caracterizado por las disputas entre Erdogan, quien se manifiesta contra Ergenekon y el opositor Deniz Baykal, quien defiende a la organización.

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