Siete de los nueve jefes de la plataforma opositora Alianza del Pueblo para la Democracia (APD) acudieron este viernes a una comisaria de Bangkok para responder a las acusaciones de reunión ilícita e incitar al desorden, y salieron en libertad bajo fianza.

El grupo se declaró inocente de todos los cargos y, después de que tres senadores se ofreciesen como garantes de que no huirían, abandonaron la comisaría del casco viejo de la capital tailandesa.

Los opositores, cuya Alianza ocupa el recinto exterior de la sede gubernamental en Bangkok desde el 26 de agosto, habían asegurado que comparecerían ante las autoridades si se retiraban los cargos de rebelión, conspiración para la insurrección y desacato, por los que podía haber sido condenados a la pena capital.

Los otros dos miembros de la dirección de la Alianza, Chamlong Srimuang y Chaiwat Sinsuwong, fueron arrestados y acusados de insurrección y otros delitos el 3 y 5 de octubre, pero anoche consiguieron la libertad bajo fianza y volvieron con sus seguidores en el palacio del Gobierno.

Srimuang, un general retirado y antiguo gobernador de Bangkok conocido por sus profundas convicciones budistas, es el miembro más destacado de la protesta junto al magnate de los medios de comunicación Sondhi Limthongkul.

La Alianza se opone a que gobierne el Partido del Poder del Pueblo (PPP), ganador de las elecciones del 23 de diciembre de 2007, y a que se enmiende la Constitución, como pretende el primer ministro, Somchai Wongsawat.

Consideran al PPP un instrumento del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, a quien combatieron en las calles por corrupto en 2006 y al que derribó un golpe militar el 19 de septiembre de ese año.

El martes pasado, dos personas murieron y 443 resultaron heridas, de ellas 20 policías, según los últimos datos ofrecidos por fuentes sanitarias, en los enfrentamientos que tuvieron lugar durante todo el día en la inmediaciones del Parlamento nacional, en Bangkok, en el mismo barrió en el que está que la sede del Gobierno.

La Alianza, que está apoyada por la élite conservadora y sectores del Ejército, y que explota el nacionalismo y su lealtad inquebrantable a la Corona para ganar prosélitos, cercó el Legislativo para impedir la reanudación de las sesiones y que se introdujeran las enmiendas constitucionales que propone el Gobierno.

Al final la sesión parlamentaria se celebró pero con el boicot de la oposición y duró menos de dos horas.