El designado primer ministro de Perú, Yehude Simon, asumió esta madrugada su cargo en un clima de expectativa por la orientación de su nuevo gabinete, que al cierre de este diario aún no se había anunciado, y por el papel que desempeñará en un Gobierno de derechas un independiente que procede de la izquierda radical.

Simon reemplaza en el cargo a Jorge del Castillo, quien tuvo que renunciar a su cargo el viernes después de que su nombre fuera mencionado en conversaciones telefónicas grabadas ilegalmente, en las cuales dos funcionarios hablaban de presuntas irregularidades para favorecer a la petrolera noruega Discover en una licitación. Con Del Castillo cayó el Gabinete completo del presidente Alan García.

El escenario político en Perú cambia totalmente: Del Castillo era un colaborador muy estrecho del presidente y miembro de su mismo partido, el APRA, y el hecho de que ahora el puesto lo ocupe un independiente abre una incógnita sobre el rumbo del Gobierno de García.

La mayoría de los partidos políticos, gremios empresariales y sindicales han recibido con agrado el nombramiento de Simon, aunque algunos se resienten de su militancia izquierdista en el pasado.

Simon pasó ocho años en la cárcel acusado sin pruebas de terrorismo por supuestos lazos con el guerrillero Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) durante el régimen del ex presidente Alberto Fujimori, quien está siendo juzgado por violación de los derechos humanos.

Condenado en 1992 por un tribunal militar a 20 años de cárcel por apología del terrorismo, fue indultado en diciembre de 2000.

Simon estuvo a punto de ser asesinado en 1992 por un escuadrón de la muerte formado por militares, bajo el régimen fujimorista, según confesaron miembros de ese grupo, recordó el lunes Avelino Guillén, fiscal en el proceso que se sigue contra Fujimori.

De sus posiciones radicales Simon derivó a una postura de centro que le sirvió para ser elegido presidente (gobernador) de la norteña región de Lambayeque.