Cultura

Amplitud de horizontes fotográficos

EN este desértico paisaje expositivo en el que nos encontramos -la crisis, el miedo, la falta de ideas… un poco de todo y en todos sitios ha propiciado el erial cultural en el que nos han sumido, aludiendo a la recurrente, y no siempre culpable, panorama económico-, la Galería Arrabal & Cia se ha convertido casi en el único punto de encuentro expositivo de esta Granada que, nunca como ahora, ha presentado tan pocos atractivos.

El espacio existente en el barrio del Realejo -el Callejón del Señor fue de difícil localización para este poco acostumbrado paseante por el dédalo callejero granadino-, con mucho acierto en lo programado a lo largo de estos años, nos vuelve a situar en un proyecto de bastante enjundia creativa. El Trapiche es un proyecto creado por los fotógrafos Carmen Rivero y Leo Simoes, que busca dinamizar la fotografía, ponerla en el máximo valor -como ahora se dice- y encontrar los cauces más idóneos para su adecuada promoción dentro de los complejos artísticos que tienen lugar en el arte actual.

La exposición, con el nombre de Hexápoda, nos ofrece un relato variado de una fotografía de muy amplio espectro. En ella, los acontecimientos de la realidad se mezclan con una metáfora de la misma; el relato ilustrativo de una sociedad urbana con muchas aristas se yuxtaponen a un sutil juego formal con mínimos desenlaces representativos; todo, en definitiva, hasta desentrañar las máximas posiciones de una fotografía llena de entusiasmo, carácter y planteamientos de un arte que se aparta de los postulados habituales.

La muestra está patrocinada y producida por El Trapiche, con obras de Javier Ballester, Alejandro de Dueñas, Elena Vigó, Neftalí González, además de Carmen Rivero y Leo Simoes. En la misma, la fotografía al uso adquiere una nueva dimensión. Los autores no se detienen en simples recursos más o menos de buena factura, sino que ahondan en situaciones que oscilan entre lo cotidiano, la identidad, lo que se aparenta y no se define claramente; lo objetivo, ese recurso tan fácil para captar el entorno y lo que se supone verdadero, es cuestionado ampliamente por la visión subjetiva de una realidad que adopta infinitos encuadres y transporta a concreciones mediatas, a situaciones que parecen imposibles dentro de su aparente posibilidad, que transgrede el discurso lineal y busca espacios donde se haga posible un nuevo estamento identificativos personal pero transferible y con muchos matices.

Este poligonal ejercicio con seis ángulos -como el animalito de seis patas llamado Hexápoda- perfectamente definidos desde situaciones estéticas variadas, amplía infinitamente los horizontes de una práctica fotográfica que adopta unas perspectivas muy a contracorriente, señal inequívoca de que la fotografía ejerce su función renovadora.

Buena muestra la que encontramos en la galería del barrio granadino. Llegar hasta allí nos ha supuesto un beneficioso ejercicio para retomar el camino de un Arte muy hacia delante. Algo, que desgraciadamente, ha perdido mucha intensidad en los últimos tiempos en el panorama expositivo de la ciudad.

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