La memoria ducal Las claves documentales del legado de Medina Sidonia

Archivos privados de uso público

  • Cuando la propiedad privada afecta al patrimonio histórico, el dueño lo es con limitaciones. El director del Archivo Histórico Provincial analiza algunos modelos de colaboración entre administración y propietarios

El director del Archivo Histórico Provincial, Manuel Ravina, se queja del interés que suscitan en los medios de comunicación los archivos por razones muy distintas a las documentales. A su memoria regresan las portadas y titulares informativos que propició la devolución a Cataluña de los papeles de Salamanca o las reacciones adversas al traslado de los fondos andaluces del archivo ducal de Medinaceli al Hospital Tavera de Toledo, que alberga la sección nobleza del Archivo Histórico Nacional. Al inscribirse en el Catálogo del Patrimonio Histórico Andaluz la Casa Pilatos, se vinculó como parte inseparable del monumento el archivo, desgajado así en dos partes: una en Sevilla y otra en Toledo.

La referencia a Medinaceli no es baladí. Ravina lo usa para poner en cuestión las noticias que en los últimos días han otorgado al de Medina Sidonia la mayor importancia entre los archivos europeos de origen privado. En su opinión, "eso es una tontería. Todos los archivos son de alguna manera importantes. En Sanlúcar de Barrameda, por ejemplo, hay otro archivo privado importantísimo que apenas se conoce: el del duque de Montpensier. ¿Cuál de los dos es más importante? Pues depende. Si se quiere investigar la España del siglo XIX, el del duque de Montpensier. En cambio, si se estudia la Armada Invencible, obviamente el de Medina Sidonia, porque el VII duque, Alonso Pérez de Guzmán, mandó las naves".

"Objetivamente", continúa Ravina, "los archivos son más importantes cuanto más completos y mejor conservados están. En este sentido, el de Medina Sidonia es uno de los mejor conservados y custodiados, así como de los más completos. Pero tampoco está íntegro: faltan 20 cajas que la madrastra de Doña Isabel donó al Estado español y se encuentran en el Archivo de Simancas y que incluyen documentación antigua. Además, hay épocas en las que el ducado fue de primera fila y otras en las que perdió poder: esa decadencia es ya notoria en el siglo XIX y desde ese momento y hasta que la duquesa Luisa Isabel lo recupera, en la segunda mitad del siglo XX, tiene muchas lagunas".

"Tal vez para nosotros", argumenta, "el gran interés del archivo de Medina Sidonia es que estos duques tenían su área de influencia en el litoral andaluz, de Huelva a Tarifa, de tal modo que de su señorío partió la primera expedición para América y en él se desarrolló uno de los negocios más potentes de la historia moderna, las almadrabas, en las villas ducales de Conil y Zahara".

Sobre la relación ideal de las administraciones con los archivos privados, un tema de actualidad toda vez que la Diputación de Cádiz y la Junta de Andalucía acaban de sumarse al Patronato de la Fundación Casa de Medina Sidonia, Ravina recuerda que "cuando la propiedad privada afecta al patrimonio histórico, el dueño lo es con limitaciones. La administración no debería consentir que una persona que sea dueña de un bien histórico lo quiera destruir y eso vale para todos los archivos de las características de éste. Hace falta imaginación para conjugar esa protección al patrimonio y la salvaguarda del derecho de la propiedad privada. El Estado español ha sido pionero en Europa al crear en Toledo el Archivo de la Nobleza, al que, por cierto, la duquesa de Medina siempre se opuso. Un marco muy interesante donde se da el tratamiento técnico adecuado para que los archivos producidos o acumulados por la nobleza española allí depositados se conserven y sean fértiles en datos de todo tipo".

¿Conocen los expertos todos los contenidos del Archivo Ducal? El director del Provincial considera que "sólo la duquesa de Medina Sidonia lo ha catalogado por completo; tal vez también los conozcan su viuda, Liliane, y Laureano Rodríguez Liañez, catedrático de Paleografía de la Universidad de Sevilla que forma parte del Patronato y es posiblemente el mayor experto en este Archivo".

Frente a los archivos personales, como los de Manuel de Falla y Federico García Lorca, que terminan con el fallecimiento de los artistas, los archivos ducales se mantienen "mientras el título sigue generando documentación. El archivo de Medina Sidonia existía antes de Doña Isabel y la sobrevivirá mientras dure la casa ducal", explica Ravina. "Todos estamos aquí de paso y quién nos dice que su hijo y nuevo duque de Medina Sidonia, o alguno de sus descendientes, no pueda tener una vida cultural, política o empresarial que genere una documentación del mayor interés histórico. Nadie sabe lo que puede deparar el futuro".

Como conclusión, a Ravina le gustaría que la sociedad comenzara a preocuparse por sus legajos como lo hace con los museos y las bibliotecas públicas. "Los Archivos son una pieza clave de la de la organización administrativa de los Estados y una fuente insustituible para la investigación histórica por lo que habría que preocuparse por ellos siempre, no sólo cuando se cae el techo del edificio que los alberga, cuando muere su dueña o los reclama otra comunidad autónoma", asegura.

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