Cultura

La Biblioteca Nacional restaura las obras robadas

  • Los libros conservarán las huellas del ladrón para que constituyan un testimonio histórico de todo lo sucedido

La 'Pietá' de Miguel Ángel y los libros mutilados para robar sus láminas en la Biblioteca Nacional tienen ya algo en común: quienes los dañaron quedarán unidos para siempre a las obras porque el criterio para restaurarlos es mantener las huellas del asalto y que sean testimonio histórico de lo sucedido.

La directora de la Biblioteca Nacional, Milagros del Corral, y el responsable de la restauración, Arsenio Sánchez, explicaron ayer cómo será la reparación de los once libros, entre ellos los incunables de Ptolomeo, a los que el "ladrón confeso" César Gómez Rivero amputó durante un período de unos dos años y medio 16 láminas, de las que cinco siguen aún en paradero desconocido.

Había, esencialmente, dos posibilidades: eliminar cualquier rastro de los daños, considerables en algunos casos, o compatibilizar las necesidades de conservación con la historia de los ejemplares, ligados ya para siempre al expolio que descubrió una bibliotecaria en agosto del año pasado.

"Hemos elegido la segunda aunque suponga que el nombre del ladrón de los libros permanecerá ligado a ellos de igual forma que lo está el de quien atentó contra la 'Pietá', detalló el responsable de la restauración, encargado del Fondo de Impresos Raros e Incunables o, lo que es lo mismo, de "los tesoros" de la Biblioteca.

La tendencia en el mundo es restaurar el soporte y asegurar su supervivencia respetando la historia del ejemplar.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios