Cultura

“La Bulería era una feria, ahora van más a criticar que a disfrutar”

  • Galardonado por la crítica nacional en este mismo año y uno de los cantaores más solicitados por las compañías de baile, Lagos debuta en solitario en el exigente ruedo de la Fiesta

Baja de un avión procedente de Alemania directo a la prueba de sonido de mañana sábado.  El mejor ensayo ha sido actuar dos días antes con Israel Galván. De nuevo en el ‘atrás’, el cantaor jerezano David Lagos ha calentado bien la garganta para la cita tan especial de la plaza de toros. Al fin ve su nombre en un cartel de la Bulería. Junto a él, figuras indiscutibles como Fernando De la Morena, El Torta y Capullo. No disimula que el reto le entusiasma. Es su año.

–Debú en solitario en la Fiesta de la Bulería, ¿qué pasa en estos instantes por la cabeza de David Lagos?

–Un poquito de tó. Esto es como cuando un niño chico va a ir por primera vez al colegio. Te encuentras con ilusiones, miedos... Bueno, pero con muchas ganas de que todo salga bien y de, Dios quiera, triunfar.

–Con 37 años y una larga trayectoria, ¿no cree que ya iba siendo hora?

–No creo que haya tardado mucho.  Y no sé si antes hubiese estado preparado para soportar esta presión.Es ahora y aún me cuesta asimilar que estoy ahí delante dando la cara. Ha llegado cuando tenía que llegar.

–¿Tan alta es la presión?

–Cuanto más nombre y más peso a tus espaldas, más responsabilidad, más subes el listón... Todo eso te influye. Un día malo lo tiene cualquiera, pero siempre tienes que mantener tu forma de hacer las cosas. Y eso significa más presión.

–¿Cómo ha preparado la actuación de mañana en la Bulería?

–Como estamos activos gracias a Dios, pues con Alfredo, que es quien me acompaña, tenemos claro lo que tenemos que hacer cada uno. No he preparado nada concienzudamente sino que haré lo que hago habitualmente:actuación de corte clásico con algún tema del disco.

–¿Cómo ha vivido la Fiesta y cómo la ve ahora, siempre tan criticada, como si siempre fuese el último año en el que va a celebrarse?

–Vivirla la he vivido siempre viéndola desde la barrera y viéndola como algo muy lejano. Siempre venían artistas de Jerez y los que estaban en lo más alto de por ahí afuera. Yo siempre la veía diciendo:‘no veas lo que tiene que ser estar ahí’. Es verdad que siempre recibe críticas pero es que es difícil acertar con lo que el público quiere. No se sabe si traer a gente de fuera o gente de la tierra, el público tiene mucha nostalgia de los que ya no están... Vivimos un momento difícil en el que el público debe entender que hay gente que ya no está y no va a volver, y hay que adaptarse a los tiempos.

–Es como la selección de Del Bosque. Siempre hay aficionados que dicen que falta uno u otro nombre...

–Y siempre faltará. Nunca llueve a gusto de todos. Creo que la gente, sobre todo el jerezano, espera mucho de la Bulería y cuando se crean tantas expectativas siempre se tiende a que algunos salgan contentos y otros defraudados.

–¿Usted quién recuerda que le impactase en la calle Circo?

–Hombre, ahí he visto desde Camarón a Potito cuando empezaba, momentos de gloria de El Torta, Luis de la Pica, La Paquera, Agujetas... Siempre ha habido artistas con magia. Siempre se vivía, desde luego, como una fiesta, como una feria, la gente iba preparada a disfrutar al 100%. Parece que ahora la gente va más a criticar que a disfrutar. Esto mejorará en función de que todo el mundo vaya sin prejuicios, para disfrutar, que es de lo que se trata.

–¿Qué le parece actuar antes de Fernando de la Morena, con quien comparte uno de los cortes más celebrados de su primer disco?

–Para mí va a ser un orgullo. Conmigo Fernando se ha portado de bien para arriba. Lo admiro y creo que no está lo suficientemente valorado. Es un personaje, salvando las distancias, tipo Tío Borrico. La gente se acordó de su forma tan especial de cantar cuando ya no estaba. Creo que a Fernando no se le da el sitio que debería tener. Es un privilegio compartir escenario con él.

–Además de sus enormes cualidades para cantar, también ha heredado de su familia la habilidad para escribir letras flamencas que suenan frescas y a la vez añejas.

–No sabía que eso se podía heredar, pero parece ser que sí. Ayer me sorprendió mi hija con una poesía que me dejó impresionado. Con la edad que tiene hizo una poesía perfecta (risas). Sacar tus propias letras hace que te identifiques más con ellas, aunque tampoco tiene por qué puesto que hay letras universales.

–¿En qué se inspira?

–La inspiración me viene a ramalazos. Me siento y me salen las cosas pero no en cualquier momento, sino cuando hay algo que me ronda la cabeza y me dice ‘siéntate a escribir’.

–¿Es verdad que cada vez le piden más artistas sus composiciones?

–Hace poco Jesús Méndez me ha pedido unos fandangos para su tía Paquera, gente nueva que quiere grabar y que ha leído que yo le di temas a Argentina... Esto es el boca-oído y se abre el circulito. Es otra cosa más, hay que buscarse las papas.

–¿Cómo afecta Internet al negocio?

–Internet es la mayor fuente de información actual. Tenemos en casa cientos y cientos de discos y cintas, y me doy cuenta de que ya no sirven para nada porque en Internet está todo al alcance de la mano. En Internet pones ‘soleá de Triana’ y te salen 300 ó 400. Hay información de lo que quieras. Eso sí, sin Internet ya El espejo en que me miro ya sería disco de oro. Se han contabilizado 30.000 ó 40.000 descargas.

–¿Usted para escuchar tira de lo físico o también ‘bichea’ en la Red?

–Prefiero el formato físico de toda la vida, pero si hay un palo del que no tengo mucha información, pues me voy a Internet y saco todo.

–Le he leído en cierta ocasión que hoy en día el cantaor “no puede tener tres cantecitos”.

–Es difícil tener tres cantecitos porque hay tanta información que el público te exige mucho. Antiguamente, lo que sabía un cantaor era lo que aprendía en una fiesta por transmisión oral, y ya no se le podía pedir más, pero hoy el que desconoce un cante es porque no se ha preocupado por cogerlo. El público tiene el mismo acceso que tú a la información y entonces exige más porque conoce todo el abanico.

–¿Usted cuántos palos domina y cuál es el que se le atraganta?

–Conozco muchos cantes, pero confianza tengo con muy pocos. No es lo mismo llevarte bien con un cante de ida y vuelta que con una seguiriya. El profesional debe conocer ambas cosas y hacerlas lo más dignas posibles. Trabajar para el baile te impone estar muy al día. Si te piden la soleá del Zurraque hay que hacerla.

–¿Hasta qué punto influye en su cante la guitarra de Alfredo Lagos?

–Alfredo es un pilar clave en mi cante. Hay un David Lagos con Alfredo, y un David distinto sin él. Es un complemento importantísimo. Aparte de buen guitarrista es que es mi hermano. Hay una fusión idónea para mi forma de cantar. También me acompañan Carlos Grilo y el Lúa, en las palmas;y Perico Navarro, en la percusión. No hace falta más.

–”Esta ciudad  tiene una forma arcaica de entender el flamenco”. ¿Somos demasido ombliguistas?

–No lo he dicho en tono despectivo nunca. Quiero decir que aquí se mantiene una forma distinta de cantar gracias a la visión arcaica del flamenco, pero también es verdad que a la altura en la que estamos el que no amplía sus conocimientos es porque no quiere. Jerez se mira mucho el ombligo y eso tiene sus ventajas y sus desventajas. Yo aprovecho esa forma arcaica, porque soy de aquí y muero con esta tierra, pero creo que me perdería una parte muy importante si no ampliara conocimientos y mi repertorio.

–¿Falta en Jerez un tejido sólido para ‘vender’ flamenco como concepto turístico al exterior?

–Comercializar o industrializar el flamenco tiene pros y contras. Las ventajas es que habría mucho más trabajo para el personal y nos conocerían más en todo el mundo, pero por otro lado también nos arriesgaríamos a perder la esencia de Jerez, que es puede llegar un camarero que te da una patá por bulerías y te quita tó el sentío. Esa faceta, ese encanto, no debería perderse. Hay cosas:tenemos el proyecto de la Ciudad delFlamenco, el Festival, las Fiestas de Otoño... Jerez y su flamenco sale al exterior y por la Bulería, por ejemplo, hay mucho interés en el extranjero. Sí me gustaría que siempre se intentara que el flamenco estuviera en manos de gente a la que le guste y lo respete mucho.

–¿Ha pensado alguna vez que esto no merecía la pena?

–Todos los artistas tenemos rachas. Subir un escalón cuesta muchísimo pero bajarlo lo bajas rodando. Cuando te enfrentas a la posibilidad de pegar un ‘pinchazo’, te planteas si merece la pena este sufrimiento. Pero cuando tienes un aplauso o un compañero te saluda es una recompensa muy bonita. Mi vida es cantar y hasta ahora no he hecho otra cosa.

–¿Qué le ha dado el flamenco?

–Me ha dado una estabilidad económica. Mantengo una casa y, aunque no sobrado, vivo bien, no me puedo  quejar. Lo más importante es que me dedico a lo que me gusta y puedo vivir de ello. Eso es una satisfacción para cualquier persona.

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