El cante añejo y las voces más jóvenes se dan la mano en el Convento de Santa Clara en el ciclo que ha diseñado la Federación Provincial de Peñas y Entidades Flamencas. Un motivo de "celebración" para Jerónimo Roldán, vicepresidente de la entidad, ya que "la Bienal, cuya primera edición fue pagada por las peñas, vuelve a abrirle las puertas a los peñistas y a los artitas que son habituales en ellas". Desde ayer al viernes, a las 19:00, el precioso Dormitorio Alto acoge una serie de recitales íntimos, de una hora de duración, que se abrió con Miguel Lavi, una cantaor extraordinario "que gusta tanto al aficionado como al gran público". El compás de Jerez se mece en la voz de este intérprete -habitual en el atrás de Olga Pericet, Belén Maya o Antonio Canales- que abrió el recital por tonás para cerrarlo -"como manda la tierra"- por bulerías.

El ciclo continúa hoy con Manolo Franco, flamante Premio Compás del Cante y primer Giraldillo al Toque en aquella mítica Bienal de 1984. La guitarra será la protagonista en una tarde que, para Franco, supone un motivo de "celebración" porque "hay gente que está falta de un concierto sencillo, sin más". La almeriense Toñi Fernández toma el relevo mañana con su disco Dame la mano, mientras que el octogenario Márquez El Zapatero, acompañado del toque del maestro Rebollar, expondrá su sabiduría en la soleá, para recorrer 60 años de cante, desde Niño Segundo a El Sordillo pasando por Naranjo o Paco Taranto. El joven Juan Murube completará la tarde en un recital que cruzará edades en el flamenco.