Thriller bélico, España, 2012, 110 min. Dirección: Gerardo Herrero. Guion: Nicolás Saad, a partir de la novela de Ignacio del Valle. Fotografía: Alfredo Mayo. Música: Lucio Godoy. Intérpretes: Juan Diego Botto, Carmelo Gómez, Víctor Clavijo, Andrés Gertrúdix, Francesc Orella, Sergi Calleja.

Con una carrera a prueba de cifras y espectadores, Gerardo Herrero ha buscado siempre dignificar ese nivel medio de nuestra producción industrial que es al mismo tiempo frontera y limitación para que el cine español tenga una mejor consideración entre los sectores más exigentes del público y la crítica.

En este proceso, tampoco hemos atisbado a detectar sello personal alguno en su trabajo, plegado siempre a las líneas maestras de los guiones, la gran mayoría de ellos adaptaciones literarias, la dinámica canónica de los géneros por los que se mueve o una invisibilidad de estilo que busca emparentar con los dudosos estándares de calidad de cierto tipo de producciones europeas.

Así, Silencio en la nieve abraza el molde del thriller criminal en un paisaje insólito, en el seno de la División Azul que luchó en el frente ruso junto al ejército nazi hacia 1943. Allí, bajo la nieve y las bombas de fogueo digital, se suceden una serie de extrañas muertes rituales que la pareja de soldados formada por Juan Diego Botto y Carmelo Gómez tendrá que descifrar mientras los mensajes sobre la degradación moral resuenan como tenue música de fondo en una trama que se desinfla por secuencias y que abandona por el camino buena parte del tono oscuro que apunta en su arranque.

La incursión de una forzada trama erótico-sentimental (con niño), los discretos apuntes sobre la Guerra Civil y las cuitas de la España franquista o la precipitada resolución del caso parecen confirmar que lo que verdaderamente interesa a Herrero es que su cinta luzca con buen aspecto internacional y que parezca que en cuestiones de diseño de producción no hay nada que envidiarle a nadie. Una vez más, no es suficiente.