El parque nacional de Doñana fue ayer el protagonista en la sesión de marzo del XI Seminario Permanente de la Fundación Bonald. Los asistentes pudieron disfrutar de dos conferenciantes de lujo: Miguel Delibes de Castro, uno de los mayores expertos a nivel mundial sobre el lince ibérico que dirigió además durante 12 años la Estación Biológica de Doñana, y Manuel Barcell, director entre 1989 y 2001 del Zoo de Jerez y uno de los mayores impulsores del conservacionismo de la provincia de Cádiz. "La publicación de la novela 'Ágata ojo de gato' de Caballero Bonald coincidió con mi estancia junto a mi mujer allí", contaba ayer Delibes, quien leyó algunas citas de este libro que se desarrolla en el citado parque.

"La conservación en Doñana nunca se va a resolver del todo, porque hay una tensión con un entorno muy poblado y en desarrollo, por lo que tendremos que estar pendientes siempre", dijo Delibes de Castro, hijo del literato de Miguel Delibes. "No sé si Doñana está mejor o peor que hace unos años, porque son difíciles de establecer estas categorías. Desde luego, hoy es menos salvaje y misteriosa, pero también está mejor protegida que antes por las normas y leyes", señaló el científico.

Barcell, por su parte, realizó una aproximación histórica a la diversidad en Doñana través de documentos datados entre el siglo XII y 1957, cuando desembarcó en las marismas la 'Doñana Expedition'. Fue entonces cuando científicos británicos "dieron a conocer Doñana al mundo y es cuando empieza a protegerse, a excepción de los primeros trabajos conservacionistas de Francisco Bernis y José Antonio Valverde".

Como dato relevante a nivel local, señaló que si bien Doñana perteneció "durante cinco siglos, hasta 1900, a los Duques de Media Sidonia, fue vendido a un jerezano, Guillermo Garvey". Tras la división de la propiedad del coto, "sólo la familia González-Gordon tiene propiedad hoy dentro del parque. El resto es público". Barcell también se refirió a las especies que han ido desapareciendo a lo largo de los años, "como el lobo", y de otras que se han introducido, "como el dromedario".

Delibes y Barcell están emparentados también por Esperanza, "somos abuelos de la misma criatura", dijo el jerezano. Esperanza fue la primera 'lincesa' ibérica criada artificialmente. Aterrizó en el Zoobotánico porque Delibes telefoneó a Barcell contándole que esta cría estaba a punto de morir de inanición en Doñana. "Me preguntó si éramos capaces de sacarla adelante". El ejemplar llegó a cumplir los 13 años, y en ese tiempo se convirtió en todo un emblema de la conservación en Jerez. "Además, hoy estamos de enhorabuena, porque ha nacido una nueva cría de lince ibérico en el Tempul". Esperanza, por así decirlo, es un ejemplo de la fructífera reunión entre Doñana y la ciudad, que también personifican Manuel Barcell y Miguel Delibes de Casto.