Cultura

Educar en la música

  • Se cierra el curso académico del conservatorio Joaquín Villatoro en el Villamarta

Las bondades de la música han sido definidas a lo largo de la historia desde diferentes prismas; como "acto superior de la inteligencia" (Combarieu), como "arte del sentimiento" (Hegel) o como la definió Platón hace más de 2000 años "La música es una ley moral; brinda un alma al universo, alas al pensamiento, vuelo a la imaginación, encanto a la tristeza y alegría y vida a cada cosa". La ancestral unión entre música y ser humano ha resultado ser tan profunda como necesaria.

Esta necesidad musical es cubierta en nuestra ciudad en parte por el conservatorio profesional Joaquín Villatoro, que este pasado jueves celebraba su gala final de curso. En un abarrotado teatro se dieron cita todos los miembros de la comunidad educativa; representantes de la administración, profesorado, padres y madres y los que son más importantes, los alumnos. No hay que perder de vista que ellos deben ser los principales beneficiarios de nuestro sistema educativo.

Disfrutamos de gran parte de la oferta de estudios musicales que nos brinda el conservatorio en sus diferentes especialidades instrumentales; guitarra, piano, flauta, violín, violonchelo y guitarra flamenca. Actuaron diversas agrupaciones instrumentales como un trabajado cuarteto de saxofones y una banda y una orquesta de las que sorprendió lo actual de su repertorio. Se hicieron entrega de los premios del II concurso de jóvenes intérpretes a Carlos Pérez, en el primer nivel de la especialidad instrumental, a Violeta Gil, elegante flautista en el segundo nivel de la modalidad instrumental, y a un cuarteto de cuerda en la modalidad de cámara. Del mismo modo se hizo entrega de los diplomas y orlas a los alumnos de sexto curso de enseñanzas profesionales.

La variedad de niveles abarcó desde el piano del pequeño Gorka Plada, estudiante de primero de enseñanzas básicas, hasta el chelo de Llorenc Rosal, estudiante de último curso de enseñanzas profesionales.

No se mencionó la figura de Joaquín Villatoro, músico que da nombre al conservatorio, que ha caído casi en el olvido con una obra prácticamente inédita y del que este año se conmemora el centenario de su nacimiento. La amplia y rica oferta musical así como el nivel de los estudios que pueden realizarse en el conservatorio lo convierten en un centro cada vez más atractivo.

La alegría y vitalidad con la que los alumnos abordan sus estudios musicales debe ser cuidada y mantenida con mimo por todos. Es por ello que debemos seguir apoyando al conservatorio como referente de la educación musical si queremos una sociedad más justa, equitativa y con valores más allá de los mercantiles. Como dijo Víctor Hugo "La música es el ruido que piensa".

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