Cultura

El Festival de Venecia acaba hoy sin 'presa' favorita para el León de Oro

  • La presencia de Tarantino como presidente del jurado aumenta las posibilidades de que la película de Álex de la Iglesia encuentre acomodo en el palmarés final

Vistas ya las 24 películas de concurso, el León de Oro sigue sin presa fácil. ¿Será carroñero y elegirá Post Mortem, del chileno Pablo Larraín? ¿Se dejará seducir por las carnes cubanas de la Venus Noire, de Abdellatiff Kechiche? ¿O lo enjaulará Tarantino en el circo de Álex de la Iglesia?

Balada triste de trompeta, la cinta del realizador vasco, no ha sido de las favoritas de la prensa, pero el presidente del jurado, Quentin Tarantino, no ocultó sus carcajadas en el pase con público y bien es sabida su afición por el cine de género.

¿Será este año el del primer León de Oro de la historia del cine español? Los periódicos italianos aseguran que el director de Pulp Fiction quiere a toda costa incluir en el palmarés la cinta de Alex de la Iglesia y, como opción salomónica, podría desviarse el galardón a los actores Carlos Areces y Antonio de la Torre en un año de pocas interpretaciones masculinas destacables.

La otra cinta hablada en castellano, Post Mortem, parte con el crédito de la prensa especializada, y Chile también se estrenaría con el felino alado, premio que, de hecho, nunca ha pasado por Latinoamérica. En este caso, tendría el matiz irónico de entregarse un 11 de septiembre, fecha del aniversario del golpe de Estado de Pinochet que recorre de forma fantasmal el cine de Pablo Larraín.

Y también parece bien colocada la otra presencia hispaonamericana: la actriz cubana Yahima Torrès, no como candidata a la Copa Volpi, sino por desbordar con su absoluto protagonismo una de las cintas más 'festivaleras': la francesa Venus Noire, de Abdellatiff Kechiche, probablemente la más profunda y antropológica del concurso.

La recepción más cálida de todo el festival, por contra, se la ha llevado Sofia Coppola por Somewhere y no hay que olvidar que es la ex pareja de Tarantino, un arma que puede actuar con cualquiera de sus dos filos. Pero si bien es un filme que merece entrar en el cuadro de honor, quizá un León de Oro pesaría demasiado sobre esta hermosa radiografía del vacío.

El territorio reservado por definición para lo femenino, la Copa Volpi a la mejor actriz, tiene dos clarísimas favoritas: Natalie Portman, que abrió esplendorosamente el festival con Black Swan, de Darren Aronofsky, y Catherine Deneuve, fantástica en su atípica vis cómica al servicio de un excelente filme de distensión, Potiche, de François Ozon.

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