Este tipo de iniciativas sirven para tomar el pulso a ese "cadáver exquisito" que siempre ha sido Cádiz. Junto a la bullanga carnavalera, la horda de feriantes desbocados o los adictos a las complacientes radiofórmulas siguen existiendo regiones culturales subterráneas y minoritarias que raramente se hacen notar. Si hace una semana pudimos asistir a una masiva congregación de heavies en una sala gaditana, hoy se celebra el I Festival de bandas mod en la Sala Milwaukee.

El movimiento mod nació en el Reino Unido a finales de los años cincuenta del pasado siglo, alcanzando un auge desproporcionado hacia 1965, cuando las autoridades británicas tuvieron que tomar cartas (y porras) en el asunto y controlar la proliferación de chicos existencialistas y motorizados que dejaban las ciudades perdidas de nihilismo de garrafón y anfetaminas.

Los mods tomaron su nombre del "modern jazz", con el fin de diferenciarse de aquellos que escuchaban jazz tradicional, y pronto sumaron a su exquisito repertorio de referencias estéticas y musicales el rhythm and blues y el soul, dando lugar a un nuevo estilo.

El mod ejemplar era aguerrido, con tendencia a los viajes mentales de corte sartriano y pertenecía a la clase media-baja. Solían pasarse el día buscándose la vida en trabajos basura para pagarse sus juergas nocturnas, que no eran sino un correlato de su existencia carente de sentido.

Con el boom mod comenzaron a proliferar bandas como The Who, The Kinks, The Animals o Small Faces, que practicaban un rhythm and blues desfasado y ruidoso que dio lugar a algunos de los temas más importantes de la historia de la música, como My Generation (The Who).

Pero a mediados de los sesenta llegaron los hippies, las pastillas dieron paso al lsd, y las ganas de expresar el sinsentido de la existencia a un vacuo espíritu pacificador que dio con toda la riqueza del movimiento mod al traste.

Aunque a finales de los setenta hubo un resurgir del movimiento (especialmente a través del punk), a partir de los ochenta los mods se convirtieron en una tribu de culto que asoma sus lambrettas de mucho en mucho.

El I Festival de bandas mod supone una recuperación del espíritu de aquellos años salvajes y contará con las sesiones de dos djs y la actuación de tres bandas: Los Smogs, The Noise Quartet y The Bobby Royals.

Los Smogs son un grupo de música mod-yeyé que interpreta temas propios y ajenos. Comenzaron a tocar hace ya cinco años, y son una de las bandas más representativas del movimiento anglosajón en España.

The Noise Quartet, por su parte, son inexplicablemente un trío, y se caracterizan por su sonido setentero y por el vigor de sus actuaciones en vivo. Su proyecto musical parte de la idea de recuperar todas aquellas canciones que la industria ha querido apartar a un lado para vender artistas huecos.

The Bobby Royals son una banda revival de Sevilla que basa todo su repertorio en la revisión de los temas más importantes de grupos de principios de los sesenta.