Cultura

Guitarra de oro

  • Manolo Sanlúcar es distinguido con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

"¿A mí? ¡Qué agradable!". El guitarrista Manolo Sanlúcar reaccionaba así al ser llamado ayer tarde por este periódico para solicitarle unas breves declaraciones por haber sido distinguido con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, una noticia que llegó a la redacción por teletipos y que, sin embargo, aún era desconocida para el músico sanluqueño. El Gobierno, en su habitual Consejo de Ministros de los viernes, aprobó la concesión de estas medallas que próximamente podrá lucir este artista gaditano que, retirado de los escenarios desde 2013, dedica actualmente su tiempo a la investigación musical y a la construcción de una ambiciosa obra flamenca en la que lleva enfrascado desde hace siete años.

Manolo Sanlúcar (Sanlúcar de Barrameda, 1943) recibía con "mucha alegría" un galardón tan inesperado: "Ha sido una sorpresa muy bonita. Sobre todo cuando uno trabaja un poco en la sombra, en un trabajo de investigación, sin estar en los escenarios, sin actuaciones ante el público. Creo que es un reconocimiento más que un premio ganado por una competición, y eso siempre se recibe muy bien. Es un premio por una trayectoria".

El guitarrista flamenco, que anunció su retirada en julio del año 2013, dejaba ayer semiabierta la puerta de un posible regreso a los escenarios, aunque simplemente fuera una aparición fugaz: "Me lo estoy pensando... no sé si volver al menos para la presentación de la obra que estoy ultimando".

Se reconoce, pues, más descansado en esta etapa de su vida artística gracias a su alejamiento escénico, pero al mismo tiempo se revela como un músico que sigue por entero dedicado al flamenco, que aspira a dar academicismo a una música transmitida de generación en generación, desde hace siglos, sin más escuela que la experiencia y sin más enciclopedia que la memoria colectiva y en muchos casos familiar.

"Nuestra cultura musical -explica el maestro sanluqueño- no es de transmisión escrita, como la música de Occidente. Nosotros tenemos un tipo de cultura orientalizante, y no por ignorancia, sino porque se consideraba que había que enseñar la música del maestro al alumno. Nosotros, en Andalucía, hemos seguido, de toda la vida, así esa transmisión del conocimiento. Por tanto, el problema es cuando este conocimiento es tan demandado en un mundo donde la gente empieza a estudiar música a la vez que aprende a leer y escribir, todo lo entiende a través de la teoría escrita, ese es el handicap actual del flamenco".

Y a su empeño por virar el presente flamenco para garantizar su futuro responde su conocida demanda de que la guitarra flamenca llegue a los conservatorios para quedarse y también esa obra didáctica en la que lleva trabajando siete años y que pretende ser una guía audiovisual de los géneros flamencos, con la participación de una treintena de artistas de primer orden.

La guitarra flamenca. Manolo Sanlúcar es el título del trabajo del maestro, creador incluso de sinfonías, que persigue dejar un legado con su particular manera de entender este arte: "La obra va en ese sentido. Lo que he hecho es tratar los palos, a mí me gusta más llamarlos géneros del flamenco, tratarlos con cantaores, guitarristas, bailaores, tratarlos de una manera científico-musical. He escogido a una serie de artistas, más de treinta de los más reconocidos del flamenco. He hecho la obra, y va todo escrito. Hago una historia de Andalucía".

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