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Historia y prensa

Historia y prensa

Historia y prensa

Hay un periodo de nuestra historia reciente, el denominado primer franquismo, y que abarca desde la finalización de la guerra civil hasta la firma de los convenios de cooperación con los norteamericanos, que si bien desde hace algunos años es objeto de estudio por parte de muchos investigadores, aún está falto en muchas ciudades de una aproximación histórica. No existe un trabajo que aporte luz suficiente sobre este periodo en Jerez, aunque es cierto que algunos historiadores han trabajado aspectos parciales de la vida en la ciudad. Una fuente antaño despreciada y hoy básica para recomponer la historia contemporánea, es necesariamente la prensa. El Ayer y el Diario de Jerez, en su primera época, son las cabeceras a las que se tienen que remitir cualquier interesado en estos años, independientemente de bucear en la documentación de archivos públicos y privados. El problema es que la prensa es frágil y son pocas las colecciones conservadas en nuestros archivos y bibliotecas que, acuciados por el peligro de deterioro irreversible de este material, elaboran y ejecutan -con dispar ritmo- trabajos de digitalización. Pero a poco que nos introduzcamos en las hoy quebradizas páginas de estos diarios empezará a desplegarse ante nosotros una imagen que nos impactará de Jerez. Jerez durante el primer franquismo fue una ciudad hambrienta y hacinada. En estos años estadísticamente el delito más numeroso es contra la propiedad. Sobre todo proliferan el asalto a depósitos, casas o haciendas, donde el botín son kilos de trigo, gallinas u otros animales de corral, etc. Está claro, pues, que la comida es la principal preocupación de los jerezanos de estos años, por lo que eran cotidianas las imágenes de estos haciendo cola a las puertas del Ayuntamiento esperando el reparto semanal de alimentos y ropas de abrigos (ver ilustración). La vivienda y el endémico hacinamiento en cambio se combatieron con mejor fortuna. Es más, se consideran los años cuarenta del pasado siglo como una época innovadora y casi revolucionaria, en cuanto al urbanismo en la ciudad. Y su protagonista fue sin duda el arquitecto Fernando de la Cuadra Irizar al que se deben los proyectos de barriadas como la de España o la Vid, inauguradas en estos años. Alimento y vivienda, lo más básico en definitiva, son los mantras de una población que ha salido de una terrible guerra, pero que también sigue sufriendo una dura represión -como en el resto del país- que se seguirá ejerciendo más soterradamente pero con igual eficacia y dureza que en los años de la guerra. Y es en las pocas colecciones completas de prensa que aún se conservan - en soportes muy frágiles y en un proceso de deterioro irreversible que obliga a salvar sus contenidos mediante la digitalización- donde se oculta una historia de la ciudad aún por descubrir en gran medida.

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