Cultura

Jerez se rinde ante un 'italiano'

  • Sergio Dalma presenta en un abarrotado Teatro Villamarta su último trabajo discográfico titulado 'Vía Dalma', en el que versiona en castellano algunas de las mejores canciones italianas

Pregare per te, la versión italiana del clásico Stand by me, sirvió la noche del viernes de apertura del esperado concierto de Sergio Dalma en el Teatro Villamarta. Con un escenario convertido en el rodaje de una película y con los músicos como improvisados actores, el artista salió a escena a las nueve de la noche provocando los gritos y aplausos de las más de mil doscientas personas que llenaron el coliseo jerezano. No necesitó nada más, simplemente su presencia y su voz provocaron el delirio de todos los asistentes, hombres y mujeres de prácticamente todas las edades, jóvenes y no tan jóvenes, que cantaron y bailaron durante toda la actuación. En total 21 canciones y algo más de hora y media de música para una actuación que cerraba la gira de 'Vía Dalma' y que casi se hizo 'breve' para aquellos que llevaban meses esperándola.

Yo soy un italiano cantó en segundo lugar dejando claro que podría serlo sin haber nacido allí sino en Sabadell. Al igual que podría ser jerezano, si se lo propusiese, ya que no dudó en atreverse en varias ocasiones con unas 'pataítas' flamencas e, incluso, habló de los caldos de la tierra: "Jorge me come bien y bebe fino", dijo en referencia a su guitarrista, desatando risas y aplausos por igual. Poco a poco fue desgranando algunas de las mejores canciones italianas que "escuchaba desde pequeño en casa de mis padres", en aquel entonces de la mano de Lucio Battisti, Riccardo Cocciante, Umberto Tozzi, Claudio Baglioni, Nicola Di Bari, Toto Cotugno y Gianni Bella. A todos ellos homenajeó, sin duda, en una noche en la que su voz recordó que De amor ya no se muere y que hay un Jardín Prohibido que él desafió en el Villamarta.

Casi peligra su integridad física, cuando en Sábado por la tarde decidió bajar del escenario ante la sorpresa del público que lo agarraba a su paso para arrancarle un beso o un simple saludo. Logró subir rescatado, eso sí, por un compañero. , Mi libre Canción, Bella sin alma y Yo caminaré fueron también levantando al público de sus asientos, provocando que la mayor parte del tiempo estuviesen de pie o con los brazos levantados al compás de la música y coreando gran parte de las letras. Cincuenta minutos en los que Sergio Dalma recordó también que llevaba tiempo dándole vueltas a este proyecto e imaginó que vivía en una calle italiana: "En el número 13, donde se ven balcones con flores y paredes desconchadas". "Pues vive en el mismo sitio que yo", bromeaba en voz baja una de las asistentes. Mientras, su voz (en ocasiones ahogada por la música como pudieron percibir los asistentes sentados en la parte trasera del teatro, aunque no el resto) era acompañada por un fondo en el que podían verse imágenes de alguna ciudad italiana y carteles de antiguas películas del mismo país.

Finalmente y antes de que se cumpliese la hora de concierto, Sergio Dalma se despidió del Villamarta tras agradecer a todo su equipo y, por supuesto al público, la dedicación y entusiasmo. Como era de esperar, 'Vía Dalma' supo a poco para los asistentes que demandaron su vuelta al escenario. Fue entonces cuando regresó para rememorar algunos de los muchos temas que han hecho que su éxito no sea efímero y provocado sólo por su paso por Eurovisión. Con catorce discos en el mercado desde que comenzó en 1987, se antojaba difícil hacer una selección pero él despejó dudas: No despertaré, Una historia distinta y A buena hora fueron algunas de las canciones rescatadas de su pasado. "¿Qué cantaría si pudiera cantaros a cada uno de vosotros al oído?", preguntaba antes de actuar acompañado sólo por su guitarrista. El silencio se hizo en aquel momento para oír Sólo para ti, al igual que ocurrió cuando las notas de Bailar pegados sonaron en el teclado que acompañó también en solitario a la voz de Sergio Dalma, que quiso recuperar la canción que lo lanzó a la fama "casi igual que la canté en Roma".

Pasarán las horas, La vida empieza hoy y Mientras tanto fueron sonando, cuando ya se preveía que el final del concierto se acercaba tras hacer aparición el equipo de Sergio Dalma para lanzar al público camisetas de la gira. Pero cómo era de esperar había una letra que el público aún esperaba escuchar y que pudieron disfrutar cuando el reloj rozaba las diez y media de la noche: Galilea. El público, entregado desde el primer momento y hasta el último instante, abandonó en esos momentos sus respectivas butacas intentando buscar un hueco cerca del escenario. Gritos, bailes, palmas y un artista totalmente rendido a su seguidores pusieron el punto final a esta cita con canciones italianas, letras españolas y, en definitiva, con buena música.

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