Cultura

Lección magistral de Matilde Coral en el 50 aniversario de la Cátedra

  • La maestra sevillana participa en la Sala Compañía en una demostración de baile y en una tertulia con aficionados al flamenco que disfrutaron de una amena jornada

Dentro de los actos del cincuentenario de la Cátedra de Flamencología y contestando a preguntas de Juan de la Plata, la gran maestra Matilde Coral dio en la Sala Compañía una verdadera lección magistral sobre el baile flamenco, subrayada en todo momento por los aplausos del escaso, pero suficiente público, que acudió el sábado a escuchar la que fuera una sabia exposición de amplios y profundos conocimientos sobre el auténtico baile flamenco, disertando sobre la teoría, la ética y la estética de un arte patrimonio de Andalucía, en el que maestras y maestros jerezanos y sevillanos, especialmente, recogieron le herencia de las antiquísimas bailarinas de Gades, conservándolas a través de los tiempos, hasta el momento actual.

Matilde Coral habló de las claves y los secretos del baile, de la escuela sevillana y de la escuela jerezana, de su forma de entender su arte, de cuando debe vestirse la tradicional bata de cola, de cómo debe usarse el mantón, el abanico, el pericón, las castañuelas y demás complementos de la indumentaria clásica flamenca. De cómo deben usarse los brazos, siempre arriba y con la cabeza alta, y cuando debe hacerse un zapateado, que nunca - dijo - debe ser estridente ni violento, porque no se trata de bailar como una apisonadora, sino siempre sin perder la elegancia y la plasticidad de la figura, sea hombre o mujer quien actúe. Hablando igualmente de la coreografía tradicional de cada baile, que debe tener siempre sus pasos contados; aunque después el intérprete sea libre de hacerlos de una forma o de otra, pero sin distorsionar ni cambiar nunca la rítmica y la estructura de cada uno, perfeccionada a través de los tiempos.

La maestra sevillana, demostró que por algo posee la única llave de oro del baile que se ha entregado, apuntando y mostrando esquemas y pinceladas de distintos bailes, demostrando como debe manejarse el abanico y el pericón, cómo deben moverse los brazos, y otras enseñanzas dictadas con su gran magisterio; hasta culminar su actuación con el baile completo de unas alegrías de Cádiz, acompañadas al cante por la bellísima cantaora gitana Inma y al toque por Ramón Amador. Unas alegrías bailadas con mantón, que fuera calurosamente acogida por el público, bastante menos del que cabía esperar, en la Sala Compañía, de lo que la propia Matilde Coral se quejó en varios momentos.

Finalmente se abrió un amplio coloquio dentro del acto, donde la maestra sevillana fue contestando a cuantas preguntas se le hicieron por parte de los asistentes en Sala Compañía, que no alcanzaron a cubrir la mitad del aforo del local.

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