Arquitectura · La belleza intangible

Literatura construida, Arquitectura escrita (V)

Las escaleras se suben de frente, pues, hacia atrás o de lado resultan particularmente incómodas". Julio Cortázar en Historias de Cronopios y de famas.

Hubo un tiempo, allá por el final del siglo XX, en que el hombre moderno era un ser al que le gustaba pensar. Sin embargo, desde la aparición y propagación de los ordenadores, internet, google y más recientemente, whatsap y las redes sociales, todo nos es servido en bandeja, masticado, wikipedizado. ¿Hay alguien que pase de la primera página de búsqueda en google para investigar sobre un determinado asunto? Aquél que sintiera curiosidad podría hacer el experimento de abrir cada una de las publicaciones relacionadas en las sucesivas páginas. Terminaría exhausto. Pero no suele ser la actitud de ahora. Nos conformamos con lo inmediato.

Georges Perec, es uno de esas personas que han dedicado gran parte de su existencia, afortunadamente para muchos, al hecho de pensar,. Adscrito al grupo Oulipo (Obrador de Literatura Potencial) compuesto por escritores y matemáticos interesados en aprovechar al máximo las posibilidades del lenguaje para producir literatura eminentemente lúdica, escribió entre otros libros estupendos La vida, instrucciones de uso. En este libro, Perec realiza juegos con el idioma, mapas, gráficos, adivinanzas, crucigramas, rompecabezas, fabulaciones… en síntesis: desarrolla en todas sus posibilidades su bendita afición de fabular. En la novela mencionada todo se conjuga para crear una obra singular, siendo cada una de sus páginas digna de un ladrillo del edificio de la calle Simon-Crubellie de Paris, donde se desarrollan las múltiples historias que cuenta.

Es el edificio el que estructura la novela, el espacio macro que permite el desfile de los inquilinos que allí viven. Perec inicia su historia en 1975, y a medida que se introduce en cada habitante, o mejor dicho, en cada habitación, surge una historia. Cada apartamento posee la suya propia, y La vida instrucciones de uso es la historia de todos los que ocuparon esos apartamentos. De este modo, el tiempo se expande, las narraciones se remiten a 1833 en un ir y venir en el tiempo, hasta finalizar, nuevamente, en el mismo instante en que la novela se inicia.

Es fácil imaginar el inmueble que describe Perec como un edificio cuya fachada hubiera desaparecido -una especie de La rue 13 del Percebe para nosotros- de modo que, desde el entresuelo a las buhardillas, todas las habitaciones que se encuentran delante sean visibles instantánea y simultáneamente. En realidad el dibujo que lo inspira es uno de Saul Steinberg aparecido en The Art of Living en 1952 que representa un edificio del que la fachada ha sido eliminada, dejando ver el interior de unas veintitrés habitaciones: el solo inventario de los elementos del mobiliario y de las acciones representadas tiene algo de auténticamente titánico. Capítulo a capítulo, el libro describe una variada colección de objetos, personas e historias que poco a poco van dibujando algo mucho mayor que un conjunto de habitaciones: una novela de novelas. Dentro de todas ellas, un par de metáforas: el pintor que quiere representar en un gran lienzo a todos los inquilinos de la casa, presentes y pasados, y el inglés excéntrico que dedica su vida a no dejar huella, mediante un complicadísimo procedimiento en el que los puzzles juegan el papel principal. La vida… es una novela pero también un proyecto de arquitectura, no tanto por el inmueble parisino donde se desarrolla sino por los elementos que utiliza para construirla, tan similares a los que maneja un arquitecto en el proceso de realización de un determinado proyecto.

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