Cultura

Lucrecia Martel: "El cine es una tarea que terminará siendo de las mujeres"

  • La argentina estrena esta semana 'Zama', una película en la que se propuso captar el paso del tiempo como una "experiencia física"

Lucrecia Martel.

Lucrecia Martel. / ballesteros / efe

Lucrecia Martel estrena este fin de semana en España Zama, su cuarto largometraje, tras su paso por la Mostra de Venecia y el Festival de Cine de Sevilla, dos foros en los que el siempre singular cine de la directora argentina cautivó al público y a la crítica. Basada en la novela del mismo título del escritor argentino Antonio di Benedetto, la película es "bastante fiel" al original, aunque Martel ha metido algunos detalles de su cosecha. "Cuando haces un guión basado en una novela es más importante lo que el libro te provocó y cómo lo recreas. Leer el libro fue una experiencia extraordinaria que me dejó mucha euforia y el deseo de hacer algo que luego se contagió a la película", señala. Para la directora, Zama es una película de aventuras cuyo "propósito es liberarse de uno mismo".

Protagonizada por el mexiano Daniel Giménez Cacho, el brasileño Matheus Nachtergaele y la española Lola Dueñas, la película narra la historia de Don Diego de Zama, un funcionario español destinado en Asunción que, mientras espera su traslado a Buenos Aires, se aburre, se desespera y, finalmente, pierde todas sus posesiones. "Es la historia de una espera que transcurría a finales del siglo XVIII, pero en realidad es un tiempo suspendido", puntualiza Martel, interesada en las posibilidades del cine como "experiencia física". "Si sólo te importa el argumento, puedes perderte esa otra cosa. Lo que más me interesa a mí es el recorrido interno en cada espectador", confiesa.

Por lo demás, la también directora de La ciénaga, La niña santa y La mujer sin cabeza está convencida de que el cine "es una tarea que terminará siendo de las mujeres". "Y después, dentro de 50 años, ya veremos cómo hacemos para que entren los varones", añade. Hacer películas, insiste, "es una cosa muy de mujeres" y, aunque aunque aún no esté reconocido así, "se camina claramente" en esa dirección.

"Como ésta es una cultura que ha puesto al hombre en buen lugar mientras situaba a la mujer en otro medio feo, el discurso hegemónico, la narrativa que ha triunfado en el mundo, tiene al hombre también en el mejor lugar", dice. "Es comprensible que en los circuitos importantes cueste valorar lo que hacen las mujeres porque está fuera de la normativa narrativa hegemónica. No en todos los casos -concede- porque algunas mujeres son complacientes con este sistema cultural, pero yo tengo fe y los signos son claros de que eso está cambiando".

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