Cine en dvd La edición de títulos de culto impulsa el coleccionismo en España

Muchas razones para no volver a las salas

  • El año recién clausurado confirmó el repunte de la edición de calidad en nuestro país · Del sello 'Intermedio' llegan las novedades más revolucionarias, auténticos hitos en el panorama cultural

Empieza una nueva temporada, y atrás queda un 2007 repleto de interesantes novedades en el mundo del DVD. Nuevas que corroboran lo sospechado: el cine y sus espacios de consumo han mutado, y mientras algunos lloran la desaparición de las salas tradicionales y la proliferación de piratas de películas infames e intrascendentes, otros disfrutan de algunas fabulosas ediciones españolas de DVDs, llegando a pagar - y de eso va el asunto- por una renovada y exhaustiva versión de ese filme que ya tenían bajado de internet en condiciones aceptables.

De Intermedio, sin duda el mejor y más revolucionario sello, nos han llegado en los últimos meses packs como el dedicado a Maurice Pialat, Joao César Monteiro o Chris Marker, el segundo cofre de Cine, de nuestro tiempo, y títulos sueltos como las cuidadas ediciones de La leyenda del tiempo de Isaki Lacuesta (una de las mejores del año) o El arca rusa de Sokurov. Se trata de joyas acompañadas de (¡por fin!) jugosos extras y textos, que la comunidad cinéfila adquiere en silencio, frotándose los ojos en algunos casos.

Sin duda en un país menos subdesarrollado cinematográficamente que el nuestro, a Didac Aparicio, cerebro tras el asunto, y a colaboradores como Gonzalo de Lucas, Fran Benavente, Iván Pintor o Santiago Fillol, los sacarían a hombros o en parihuela; en España, posiblemente, las glosas laudatorias les llegarán cuando la empresa sucumba ante la indiferencia del respetable y las grandes superficies.

Junto a las periódicas novedades de Intermedio, hemos celebrado otros importantísimos acontecimientos en el campo del consumo doméstico de audiovisual: la recuperación restaurada, por parte de Divisa, de El acorazado Potemkin, y, sobre todo, de las películas berlinesas de Lubitsch (Ana Bolena, El gato montés, Sumurum, La princesa de las ostras, No quiero ser un hombre); la edición española (Cameo) de la serie Berlín Alexanderplatz de Fassbinder; el nacimiento de una entente cordiale (entre los sellos Notro y Versus) que recupera para nuestro mercado y en versiones cada vez más cuidadas títulos básicos del cine moderno del Este y asiático sobre todo -así la 'trilogía de la guerra' de Wajda (Generación, Kanal y Cenizas y diamantes), El manuscrito encontrado en Zaragoza de Has, La pasajera de Munk, Barrera de Skolimowski, Madre Juana de los ángeles de Kawalerowicz o Los caballeros teutónicos de Ford..., La espada Bijomaru y Elegía de Naniwa (Mizoguchi), Eijanaika (Imamura), Veinticuatro ojos (Kinoshita) o El castillo de arena (Nomura)-; el buen ritmo de Filmoteca Fnac, ya junto a Avalon, ya junto a Impulso, con magníficas ediciones, como la de Vivir su vida de Godard, Epidemic de Trier, La ronda de Ophüls o La India fantasma de Malle entre otras muchas; la singladura, en solitario, de Avalon, con dos completas ediciones, la del documental The Devil and Daniel Johnston de Jeff Feuerzeig y un excelente pack sobre la carrera cinematográfica de Cartier-Bresson; o, para los verdaderos aficionados al arte de las luces y las sombras, la edición, en Re:Voir y con subtítulos en castellano de los Diarios del cineasta israelí David Perlov (www.re-voir.com).

Además de estas grandes ediciones -y nos dejábamos algunas en el tintero (como las películas de Karel Zeman y Svankmajer en Trackmedia; o la reciente de El maquinista de la general en Notro/Versus)-, el mercado español se ha visto aumentado cualitativamente con la llegada de grandes títulos en grabaciones menos sobresalientes y sin acompañamiento de extras o información alguna. Es por ejemplo el caso de Filmax, con una producción continua de títulos clásicos, modernos y asiáticos (Las amigas, Accattone, Las manos sobre la ciudad, El prisionero del odio, Cuatro hombres y una plegaria, 3 mujeres, Un día de boda, El entierro del sol, Violencia a pleno sol, Primavera precoz, Hermanas de Gion, El demonio, y un largo etcétera); o el de DeAPlaneta, que puso a disposición del consumidor los más notables títulos del Buñuel mexicano: El gran calavera, La ilusión viaja en tranvía, Subida al cielo, Don Quintín el amargao o El río y la muerte; también el de la cotidiana y marginal proliferación de clásicos olvidados del cine (sobre todo de los arrabales del clasicismo): El bígamo de Ida Lupino, Terror in a Texas Town de Joseph H. Lewis, A bayoneta calada de Fuller, Seven men from now de Boetticher..., fabulosos filmes que merecen, sin duda, mayores audiencias (y más arriesgadas).

Y así hemos llegado a 2008 y ya se anuncian novedades (los filmes de Pedro Costa o Suwa) que ilusionan.

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