Cultura

El Museo Artesanal de Grazalema rescata la profesión del tejedor

  • Arranca la segunda fase de este proyecto que se realiza en las instalaciones del Centro de Información Turística del municipio ·La artesana y educadora Ara Pavón demostrará cada fin de semana el oficio

El oficio de tejedor renace este fin de semana en Grazalema. Se rescata del baúl de las profesiones relegadas al olvido, que se desvanecen en el tiempo, para plantarle cara al siglo XXI, de la mano de la segunda fase del Museo Artesanal de Grazalema, que este fin de semana inicia una nueva andadura.

Clive Muir, gestor del Centro de Información Turística de Grazalema -sede del Museo- es el responsable de esta bonita iniciativa que pretende difundir la profesión del tejedor con demostraciones a tiempo real a través de un antiguo telar de madera. Le costó encontrar un experto de la profesión, pero la noticia de la que se hacía eco este medio a finales de agosto sirvió para toparse en el camino con la educadora y tejedora jerezana Ara Pavón, que anda entusiasmada con la idea.

"Estoy muy emocionada con este proyecto, es toda una aventura. A ver si la gente se contagia y comienza a tejer por las esquinas", comenta con humor de su nuevo trabajo, con el que cada fin de semana mostrará a los visitantes cómo se tejen jarapas, fundamentalmente. También se exhibirán en el centro tanto chals como gorritos que ella misma ha tejido en casa.

"Me encanta contribuir a rescatar el oficio de las abuelas", señala. De hecho, recuerda cómo su madre hacía punto hasta altas horas de la madrugada para hacerles jerseys a ella y sus hermanos.

Pero no fue en casa donde aprendió el oficio, sino en su estancia durante un año y medio en Argentina, donde estuvo trabajando en un centro de educación para niños. "Allí lo relacionaban con las matemáticas, con las medidas, contar puntos, etc.", recuerda.

Ara Pavón ha pasado toda la semana en Lorca con Pepe, el antiguo propietario del telar que Clive Muir adquirió para el Museo Artesanal de Grazalema. "Me ha enseñado cómo se utiliza, es muy antiguo", asevera.

Hasta el momento se ha conseguido restaurar un ochenta por ciento de esta antigua herramienta y, "aunque se puede tejer, todavía le faltan algunos retoques", informa.

La puesta en marcha del antiguo telar forma parte de la segunda fase del Museo Artesanal, que comenzó originariamente con la recuperación y habilitación de un antiguo molino de harina, actualmente en funcionamiento, pues produce harina integral molida de Grazalema, ejerciendo el propio Clive Muir de molinero.

Con este nuevo paso pretende vincular nuevamente "la cultura, la historia y el turismo mediante la protección y promoción de oficios sostenibles". El molino de harina se puso en marcha gracias a la inversión de Francisco González, "sin cuyo esfuerzo no sería posible este proyecto, no estaría en funcionamiento y no se hubiera podido ofrecer a los panaderos locales nuestra excelente harina integral". Ahora cuentan con el apoyo, entusiasmo y tesón de Ara Pavón, que lleva años trabajando en distintos tipos de telares.

Su misión consistirá en difundir cada fin de semana desde este "Museo artesanal vivo" demostraciones con el telar y, posteriormente, los visitantes tendrán oportunidad de adquirir las prendas recién elaboradas. "La idea es tejer, que la gente lo vea, le llegue, y contargiar la pasión por el oficio", asevera Ara Pavón, la experta artesana, encargada del rescate de esta antigua tradición.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios