El juez que investiga la muerte de Pablo Neruda encargó hoy nuevos peritajes a expertos de la Universidad de Chile antes de decidir si ordena o no la exhumación del poeta, fallecido el 23 de septiembre de 1973 en Santiago.

Según informó a los periodistas el propio magistrado, Mario Carroza, los expertos del departamento de Tanatología del Hospital Clínico de la citada universidad deberán determinar si es necesaria la exhumación.

Ello, a pesar de que el pasado 30 de agosto se conoció un informe del Servicio Médico Legal (SML) que apuntaba al cáncer de próstata que padecía el premio nobel de literatura como la más probable causa de su muerte, de la que precisamente el domingo se cumplieron 39 años.

Dicho informe reducía además las expectativas de éxito de una eventual exhumación de Neruda, habida cuenta de la alta humedad del terreno en que está sepultado, junto a su casa de la localidad costera de Isla Negra, actualmente convertida en museo.

Neruda estaba aquejado de cáncer desde varios años antes de su deceso, y durante mucho tiempo la versión oficial señaló esa enfermedad como causa de su muerte, ocurrida doce días después del golpe de estado de Augusto Pinochet.

Dicha versión quedó en duda en 2011, cuando el antiguo chófer de Neruda, Manuel Araya, sostuvo que una inyección que el poeta recibió horas antes de su muerte fue la causa de su muerte, sugiriendo que detrás de ella pudo estar el régimen de Pinochet.

Esa denuncia dio lugar a que el Partido Comunista, en el que Neruda militó, presentara en mayo de 2011 una querella que fue admitida por la Justicia, con lo que se abrió así una investigación sobre su muerte.