patrimonio

Recuerdo al imaginero republicano

  • El documento destacado del Archivo Provincial exhibe durante este mes el expediente carcelario del escultor sanroqueño Luis Ortega Bru

Hay biografías que sabes va a barrer una fecha, que a la historia se le antoja significarse en una cifra determinada y arrastra lo que encuentra. En el caso del escultor Luis Ortega Bru (San Roque, 1916), calendario y biografía colisionaron de forma inevitable. Hijo de familia humilde, de padre alfarero y buenas dotes para el modelado y el dibujo, ingresó a los quince años en la Escuela de Artes y Oficios de la Línea de la Concepción. Sus estudios, está claro, se verían truncados por el estallido de la Guerra Civil: un conflicto que marcaría la vida del artista sanroqueño, Hijo Predilecto de la localidad y uno de los nombres más reseñables de la imaginería contemporánea. De hecho, es su expediente carcelario el que protagoniza el Documento Destacado de este mes en el Archivo Provincial de Cádiz bajo el epígrafe Un imaginero del siglo XX. El expediente penitenciario de Luis Ortega Bru.

Según explica la institución dependiente de la Consejería de Cultura, Bru "formó parte del ejército leal a la República y participó en varios sitios". Entre ellos, el de Madrid, donde la metralla le reventó un oído. Por este motivo -y por "tener conocimiento de lectura y escritura"-, pasó al acuartelamiento de El Prado, donde permaneció dos años en la sección de Cartografía. El inicio de la contienda, con Ortega Bru como un joven de veinte años, lo marca el fusilamiento de su madre, el 5 de agosto de 1936, por un presunto delito de rebelión militar. Tres años después, en los estertores de la guerra, su padre sería también fusilado por las mismas razones, siendo el joven Luis puesto a disposición de un Consejo de Guerra en Algeciras y condenado a tres años de prisión por auxilio a la rebelión.

Los padres de Ortega Bru fueron fusilados y a él, con 23 años, se le abrió Consejo de Guerra

El expediente de Luis Ortega Bru pertenece al Fondo de la Prisión de El Puerto y recoge todas las incidencias "y vicisitudes" relativas al paso del reo por la cárcel. Consta de 2 folios y 17 cuartillas, con fechas que van desde el 10 de octubre de 1940 al 21 de junio de 1943. El escultor tiene 23 años cuando ingresa en prisión y consta como cartógrafo de profesión, sin que se señalen antecedentes penales. En un principio, el fiscal pidió para Ortega Bru 12 años de internamiento pero, finalmente, fue sentenciado a tres años. El 10 de octubre 1940 saldrá de San Roque con destino a El Puerto, especificándose que su conducta es buena.

"Casi un mes después de haber ingresado en el penal de El Puerto, el director del centro pregunta al Jefe local de la FET y de la JONS, al alcalde de la localidad y al Comandante del Puesto de la Guardia Civil de San Roque si existe algún inconveniente por el cual no puedan aplicársele los beneficios de la libertad condicional, circunstancia que se le aplicaría ese mismo año". En los documentos justificativos de la condición de Ortega Bru, consta que estuvo trabajando en una fábrica de "material de construcción, con un jornal de 9.35 pesetas y ningún ahorro".

Sin sostén familiar, con una difícil situación económica, ex convicto político y en un escenario de plena postguerra española, resulta increíble que Luis Ortega Bru consiguiera, en unos pocos años, convertirse en un artista reconocido. En Sevilla contraería matrimonio y se matricularía, en 1944, en la Escuela de Artes Aplicadas. Ya en el año 52, obtiene el primer Premio Nacional de Escultura por La Piedad. En 1955, se traslada a Madrid como maestro escultor de los Talleres Arte Granda y también trabajaría para los Estudios Cinematográficos Bronson, tallando esculturas del canon clásico y diseñando decorados para sus películas.

Las obras como imaginario de Ortega Bru se reparten por gran parte de la geografía española. Entre sus piezas más aclamadas, se encuentran el Cristo de la Misericordia para la Hermandad de Baratillo de Sevilla (1950) o el Misterio de la Hermandad de Santa Marta de Sevilla, considerada por muchos como su obra maestra, donde plasma el traslado de Jesucristo al Sepulcro. Este trabajo le valió la concesión de la Encomienda de Alfonso X El Sabio.

En 1957 tallará el descendimiento completo de Cristo de la Cruz, por encargo de la Hermandad de la Soledad de Jerez. Esta será la primera gran obra para la Semana Santa de Jerez, pero Ortega Bru firmaría también otras piezas para el culto jerezano, como la talla del Señor y gran parte del apostolado del paso de la Sagrada Cena de la Hermandad del mismo nombre, entre 1969 y 1975.

Para la capital gaditana, realizaría en 1981 la imagen del Santísimo Cristo del Perdón, en madera de cedro, y también la imagen de la Virgen y de San Juan para el mismo conjunto procesional para la Hermandad del Perdón, de la Parroquia de Santa Cruz, sin olvidar la imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes, que en un principio, en 1982, fue bendecida en la gaditana iglesia de San Antonio, pero que en la actualidad se encuentra al culto en Córdoba, en la Hermandad del Amor.

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