Cultura

'Ruido' solidario por Haití

  • El cantaor José Mercé celebra en casa, ante un Teatro Villamarta a reventar, su recién designada Medalla de Oro de Andalucía y se vuelca para contribuir con una causa muy noble y justa

Voz: José Mercé. Guitarras: Moraíto y Dani de Morón. Coros y compás: Marcelino Fernández, Antonio y Rafael de los Reyes Bajo: Manuel Nieto. Percusión: El Güito Día y lugar: 20 de febrero, Teatro Villamarta.

José no se lo pensó dos veces cuando lo llamó el doctor Eddy Jean Paul Baptiste, de la asociación jerezana Haití Siglo XXI. Desde ese instante, humanidad, compromiso y profesionalidad emprendieron un viaje que culminó el pasado sábado, con un Villamarta a reventar, en el que el Mercé de las grandes noches se vació para contribuir a una causa noble y justa: la reconstrucción de un país que se vino abajo en 35 segundos, con cientos de miles de muertos y no menos refugiados y familias sin hogar. Para aportar su granito de arena, allí estuvo una amplia representación de la sociedad jerezana y un José Mercé, días después de conocer que el próximo 28 de febrero recibirá la Medalla de Oro de Andalucía, que reunió a su equipo de gala sobre el escenario para ofrecer un directo, promovido por la citada asociación e Intermon-Oxfam, en el que arte y solidaridad en simbiosis nos hicieron pensar durante hora y media que este mundo podría llegar a ser mucho mejor poniendo sólo un poco de nuestra parte.

Más allá del encomiable gesto del cantaor de Santiago, su recital difirió poco del que propuso hace cinco meses, el pasado día de la Merced en los jardines de La Atalaya. Mercé propuso una primera parte centrada en cante de corte clásico y una segunda en la que destapó nuevamente algunas de las composiciones de su nuevo trabajo discográfico, 'Ruido', que al fin verá la luz a finales del próximo mes de abril tras una demora de casi medio año según lo previsto. Como bisagra, el absoluto líder mundial del toque por bulerías, Manuel Moreno Junquera 'Moraíto', en un solo magistral que logró levantar al público de sus asientos, y un prescindible interludio de los chicos del coro bajo el toque de Dani de Morón, un guitarrista en franca progresión hacia la cima.

Una vez más, Mercé eligió a don Enrique El Mellizo para abrir fuego en su regreso al Teatro Villamarta, cuyas tablas no pisaba desde hacía un lustro. A solas con el privilegiado toque por malagueñas de Morao, con su particular forma de interpretar, cabeza baja, melena prácticamente sin dejarle ver el rostro, se fue por soleá al encuentro con su mejor versión, la más pura y genuina. Serneta, Juan Talega, Sernita, Jerez, Alcalá… Hasta Blas Infante y su himno de Andalucía. Generoso cante primitivo, telúrico, sabiamente ejecutado, el cual dio paso con parsimonia y sin prisas a una tanda de fandangos del Gloria, donde se detuvo en unos versos para recordar, como hace en todos sus recitales, a su hijo Curro. Aires de alegrías de Cádiz para cerrar la primera parte del espectáculo. Letras remozadas con el sonido salinero de siempre. Entramos en el territorio de 'Ruido', escuchamos de nuevo algunas de las piezas del nuevo álbum de ese Mercé más abierto al gran público. Con gancho y carisma. Incapaz de dejar a nadie indiferente. Antes de eso, Morao, decíamos antes, ofreció una lección magistral de toque por Jerez. Enérgico, vibrante, excitante, de una riqueza sonora incalculable, reportando variaciones de sus pilares 'buleaeros' a modo de 'medley': estaban 'Rocayisa', 'Buleriando', 'Sor Bulería'… En suma, las 'master pieces' del auténtico e indiscutible rey del soniquete.

Luego regresó José al proscenio para seguir desgranando 'Ruido' con su banda, en la que también estuvieron presentes el bajo de Manolo Nieto; la percusión de Güito; y las palmas y coros de Marce, Negro y Rafa. Buena acogida, en general, del público, pese a contar con la rémora de que éste no podía traerse los temas aprendidos de casa. Fue de menos a más. Frío en 'Fe', mucho más inspirado en los tangos 'Amanecer' y entonadísimo en el tema que da nombre a su nuevo disco, el sexto grabado en estudio y que supone, además, el reencuentro con Isidro Muñoz en la producción y en la confección de las letras. Sea como fuere, la velada contó esencialmente con dos clímax. Primero, momentos antes de lo anteriormente reseñado, con el ritual de 'Al alba', archiconocido tema de Aute en el que Mercé se fundió una vez más con su público, que coreó el estribillo a modo de liturgia eclesiástica. Comunión absoluta con el espectador y, sin duda, uno de los instantes estelares del directo. Y más tarde, por bulerías, cuando el artista destrozó el tarro de las esencias en una inolvidable fiesta que repartió entre los recuerdos a Santiago y Frijones, y unas letras a pulmón que empezaron evocando a La Paquera y acabaron con 'La Salvaora' al estilo Caracol. Fue, prácticamente, el punto y final a una noche redonda de arte y conciencia solidaria, donde el poder de atracción del flamenco, quién lo diría hace cien años, sirvió de auténtico motor para arrancar un poco de ayuda para quienes más lo necesitan. No tuvo mejor forma de celebrar José Mercé su Medalla de Oro como insigne andaluz: en su casa, en Villamarta y por una buena causa. Chapó.

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