Cultura

Salvador Barberán sufre una cornada grave en Valencia

  • El pitón del cuarto novillo de Gerardo Ortega ha destrozado el muslo izquierdo del joven novillero, infiriéndole dos trayectorias de veinte y diez centímetros

El novillero algecireño Salvador Barberán ha sido herido por el cuarto novillo de la tarde en el festejo de ayer en la plaza de Valencia, segunda novillada de la feria de San Jaime.

El novillo, de la ganadería de Gerardo Ortega, alcanzó al joven espada en la apertura de faena con la muleta. En un pase de tanteo el animal se venció por el pitón izquierdo, hiriéndole en el primer topetazo a la altura del tercio medio superior de la cara interna del muslo izquierdo.

Barberán no llegó a ser derribado, pero enseguida empezó a brotar sangre de la herida, acudieron las cuadrillas al quite, llevándosele a la enfermería mientras el banderillero José Manuel Montoliú contenía la hemorragia taponando la herida con sus propias manos.

El novillero fue operado en estos momentos en la enfermería de la plaza por el equipo médico que dirige el doctor Cristóbal Zaragoza que expidió el parte facultativo. Dámaso González, que se hizo cargo del novillo que hirió al compañero, finiquitándolo de una estocada.

En su primero Salvador Barberán, que no ha tenido muchas opciones con un novillo flojo y carente de emoción, con el que ha estado pulcro, citando siempre muy de frente dentro de una faena irregular y muy condicionada por la falta de transmisión del de Gerardo Ortega.

Dámaso González ha estado muy entregado durante toda su actuación con el segundo, al que recibió de una larga cambiada para combinar más tarde verónicas con chicuelinas. Ya en el capote, el novillo embestía con la cara alta y salía suelto. Dámaso ha planteado una inteligente labor, con dos partes bien diferencias. Al principio dando la media distancia al novillo y más tarde mucho más encimista. Demostró buena actitud ante un astado manso y deslucido.

El quinto fue otro animal sin clase y muy deslucido, con el que intentó hacer un esfuerzo aunque en ocasiones estuvo desdibujado y encimista para intentar aprovechar el poco recorrido del de Gerardo Ortega.

Vicente Marrero, que ha podido pasear un trofeo de no haber fallado con el descabello. Destacó con unas verónicas de mano baja ante un novillo que repetía pero que al igual que sus hermanos no tuvo emoción en el último tercio. Marrero destacó en unas tandas por el pitón derecho pero emborronó todo con el verduguillo. Con el que cerró plaza, el valenciano volvió a ser todo entrega, pero fue imposible su lucimiento con un novillo incierto.

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