Pretérito perfecto

San Mateo cabalga de nuevo

 EL 30 de junio de 1996 la iglesia de San Mateo cerró sus puertas al presentar la fábrica un estado próximo al hundimiento. Comenzó así una de las epopeyas de nuestro patrimonio histórico, que tomó forma en una plataforma cívica. La Plataforma Pro-San Mateo fue un milagro en una ciudad tradicionalmente apática en lo que a los monumentos se refiere. Un grupo de hermanos del Desconsuelo se hizo cargo del problema, y lejos de amilanarse y esperar a que las administraciones intarviniesen, entraron en batalla. La ruina de San Mateo era un gigante y ellos pequeñas hormigas, pero poco a poco lograron ganar la guerra. 

Hoy era un concurso de dibujo, mañana una capea, al otro una verbena o un la presentación de un libro del añorado Sainz Peña. El caso era salir en el periódico, hacer ruido para que todo el mundo se enterase de que el templo se derrumbaba, organizar mil actividades de entre las que destacó la nunca suficientemente valorada y bizarrísima muestra Jerez Paleta de Colores. En 2002 San Mateo vovlvió a abrir sus puertas gracias al tesón de un grupo de jerezanos, que consiguieron los medios necesarios para salvar de la desaparición uno de los monumentos más valiosos de la ciudad.

No obstante, la rehabilitación no fue integral. Santiago Zurita y compañeros mártires consiguieron que la única nave del templo se restaurase por completo, pero quedaron fuera de la obra todas las capillas. Así, Morlas, Villacreces, Torres,  Gaitanes, Morales, Maldonados, Spinolas, Morales y Riquelmes siguieron bajo el manto de deterioro con que los años y el olvido habían cubierto sus blasonadas capillas. No obstante, le peor parte se la llevó el sagrario, curiosamente, construído por los cofrades del Desconsuelo. Fue en 1727 cuando se inauguró esta dependencia, para aislar del jaleo del templo a aquellos que querían dedicar un rato de oración al Cuerpo de Cristo. El problema era que los hermanos tenían mucha voluntad, pero pocos medios, así que levantaron una capilla la mar de mona y aparente, pero hecha con materiales un tanto reguleros, principalmente escayola. 

Se pueden figurar cómo estará aquello tras doscientos ochenta años sin un mantenimiento adecuado. Pues sí, cayéndose a pedazos.  Pero, como Numancia y el Alcázar de Toledo, San Mateo no se rinde y el pasado miércoles se presentó nueva plataforma que se ha puesto en marcha para salvar el sagrario. Corren tiempos difíciles para el patrimonio histórico, pues ni los legítimos propietarios ni las administraciones con responsabilidad subsidiaria tienen un real para nada, mucho menos para intervenir en edificios históricos  y si encima se encuentran en Jerez, mejor ni hablar. Así que habrá que sentarse a esperar ver caer las vetustas piedras (algo por lo que han optado los parroquianos de Santiago) o actuar. 

Por lo pronto, Zurita y sus secuaces ya han programado una fiesta el próximo 27 de abril en Bereber para recaudar fondos, a la que debería asistir todo jerezano que se vista por los pies. Allí se celebrará un previo a la Feria del Caballo, con vino, música y trajes de flamenca. Y ya verán como no va a ser la última actividad. La plataforma nos aburrira organizando eventos, haciendo cuestaciones, recordándonos a cada paso que hay cuentas bancarias en las que hacer donativos, vendiéndonos lotería y a su madre si hace falta, ero les aseguro que todos nos vamos a enterar de que una parte de San Mateo necesita una reparación urgente.

Sé que las empresas y los particulares ahora no andamos muy boyantes, pero estoy convencido de que la capilla sacramental volverá en breve a lucir en todo su esplendor. Desde aquí le deseo una corta vida a la nueva plataforma, pues eso será señal de que han conseguido pronto su objetivo.

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