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lola herrera. actriz

"Siempre he estado muy tranquila, sé que el teatro no se acabará nunca"

  • La actriz vallisoletana y Juanjo Artero protagonizan hoy en el Teatro Villamarta 'La velocidad del otoño', una obra que reflexiona sobre las relaciones entre los mayores y sus hijos

La actriz vallisoletana Lola Herrera.

La actriz vallisoletana Lola Herrera. / daniel dicenta

-La velocidad del otoño parece que se trata de un teatro muy de la vida. ¿Es así?

-La vida misma, sí. Realmente en esta obra se cuestiona la falta de respeto a la vida de los mayores, a cómo desean vivir su vejez. Normalmente, con todo el cariño del mundo por parte de los hijos, de alguna manera cuando somos hijos vamos manipulando a nuestros padres para que hagan lo que nosotros queremos que hagan, y que nos parece que es lo mejor, pero escuchamos bastante poco lo que ellos quieren hacer y se respeta bastante poco. La verdad es que la sociedad ha cambiado muchísimo y desde que la mujer se incorporó al trabajo y dejó de ser la niñera, la cuidadora, la cocinera..., pues antes todos los mayores los cuidaban las mujeres.

-¿Cómo se enfoca este asunto?

-Pues desde una mujer que ha sido muy libre toda su vida, una artista que ha recorrido el mundo, y una parte de sus hijos quieren que venda la casa y que se vaya a una residencia para que esté mejor y no esté sola. No le hacen caso y la van presionando, de manera que la función empieza con esta mujer rodeada de botellas, de cócteles molotov con los que ha decidido volar la casa. Entonces es cuando llega el otro hijo, al que no ve desde hace tiempo. Es el hijo que ella ha criado más a su manera, le ha educado en la sensibilidad del arte. Ahí empieza a desarrollarse la función.

-¿Estamos ante un drama?

-En el fondo es un drama pero está tratado de una manera muy bonita. Hay humor, ternura, complicidad. Una de las cosas que me sobrecoge cuando acaba la función, es que de pronto sales y chicos y chicas te dicen: "Tengo ganas de llamar a mi madre, esto me ha acercado a mi madre".

-¿En qué se nota la dirección de Magüi Mira en la obra?

-Se nota mucho, desde que arranca la función. Hay una sensibilidad hacia todo lo que ocurre y hay una manera de introducir al público en la obra que es maravillosa. Me encantaría verlo desde fuera (ríe), Juanjo y yo decimos muchas veces que debe ser emocionante verlo desde fuera.

-¿Cree Lola Herrera que el otoño vital pasa más rápido que la primavera o es una cuestión de perspectiva?

-No, yo creo que es una perspectiva porque cuando eres joven no te das cuenta de que el tiempo va pasando. Yo creo que va al mismo ritmo, lo que pasa es que indudablemente las contrariedades, los achaques, suelen venir después. No quiero decir con esto que la gente joven no tenga problemas, pero se acentúan más a medida que vas cumpliendo años, sobre todo muchos años.

-Estamos en la era digital: hay libros digitales, cine digital... Pero el teatro parece que no puede ser digital: ¿es una ventaja o una desventaja en esta época que el teatro sea tan presencial?

-Una ventaja total. Me parece que el directo no va a acabar nunca, podremos tener un sector mayor o menor de la sociedad pero indudablemente quien quiera ver algo que no sea enlatado o que esté en la nube, tendrá que ir. Me parece que el hecho de elegir un espectáculo, buscar las entradas, saber el día que vas a ir, de arreglarte para salir, esperar a que se levante el telón...

-Como una liturgia escénica.

-Exactamente, me parece que todo esto conlleva una preparación para luego, en ese silencio y en la sala, unirte a la historia que los del escenario te cuentan . Es un intercambio entre público e intérpretes, es vivir una historia lanzándonos energía unos a otros, sensaciones, es una cosa muy hermosa.

-Sin embargo, es verdad que hubo un tiempo en el que el teatro tuvo cabida en la televisión, cuando la pequeña pantalla era la revolución.

-Yo que estuve en esa etapa, y en Estudio 1 se echó mano de cosas que no requerían exteriores, y se echó mano del teatro como se echó mano de la novela. No había gente que escribiera para televisión, acabábamos de nacer como televisión. Lo cierto es que tuvo mucho éxito el teatro, y yo hice muchos porque me tocó esa época, pero creo que eso no tiene sentido. Es engañar un poco a la gente, se cree el público que ha visto mucho teatro a través de televisión y no tiene nada con ver una función en directo. Por eso yo siempre he estado muy tranquila, aún en épocas muy malas para el teatro, porque sé que esto no se acabará nunca. Sobrevive por sí mismo.

-Hace días se estrenó en Televisión Española un documental sobre su vida, ¿cómo ha sido el resultado?

-He visto desfilar muchos momentos de mi vida que están ahí, todos recordados a medida que me preguntaban. Ha sido ver en una hora pedacitos de los distintos años de tu vida, y la verdad es que estas cosas me mueven mucho. He tratado de vivirlo lo más tranquila posible, con amigos, con mis hijos sobre todo.

-Tiene usted una biografía que se titula Me quedo con lo mejor. ¿Es esta frase una filosofía de vida?

-Sí, sí, los espantos los he desechado de mi lado y, de mi cabeza sobre todo, lo antes que he podido. He batallado para no quedarme con nada que me haga daño, he tratado de saldar las cuentas, no cerrar la caja y no querer enterarme, no, rematar las cosas y liberarme.

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