La otra mirada

Surrealismo irreverente y provocador

  • ‘Human’, la colección del fotógrafo almeriense Jorge Rueda en el Palacio de Diputación

Las imágenes impresionan mi cerebro como surgiendo de un sueño. En un mundo, en un tiempo, en un espacio indeterminado e irreal.

Señores con gafas negras y ridículo bigotillo de hormigas, como salidos del baúl en el que guardo mis recuerdos de infancia.

Cuerpos femeninos que ocultan su rostro, como los impúdicos deseos de un adolescente en un tiempo de represión.

Curas de mirada acusadora, militares uniformados. Niñas de comunión, de rostros verdosos y miradas entre inocentes y pervertidas que ocultan un secreto inimaginable.

Un coche en la oscuridad acercándose a un festín gastronómico.

Una mujer rubia de mirada estrábica. Una anciana con olor a flores. Una calavera de mantilla. Personajes enlutados, falsos e interesados. Niños feos, niños extraños, niños llorones y con aspecto de viejos.

Penes gordos y tetas grandes. Y pies que acarician, que pisan y arrancan sexos. Y vulvas cerradas con candados, como si fueran cancelas que solo alguien puede abrir.

Las imágenes van tornando el sueño en pesadilla. Me siento confuso, perturbado. Las imágenes fluyen por mi cabeza. Las sensaciones vienen y van. Y me golpean, me relajan, me seducen, me impresionan, me sorprenden, me confunden…

El amor, el sexo, las contradicciones, la belleza, la cutrez. Lo absurdo, la fugacidad, el paso del tiempo, la provocación. Lo irreal, lo real. Lo ridículo, lo grotesco.

El cuerpo, los recuerdos, las paranoias, las creencias, lo divino… lo humano. Miserias y deformidades.

Todo, todo se amalgama en este complejo y angustioso sueño de imágenes que activan extrañas sensaciones, formando un caos, un “totum revolutum” de miedos y ansiedades, de casa de los horrores y paraísos de placer. De esclavizados con cadenas y maniquíes que se aman… fríos, impasibles… sin emoción.

La pesadilla se hace por momentos más angustiosa, más y más imágenes fluyen. Las sensaciones se activan, resucitan sentimientos, reviven emociones, sientes confusión… Hasta que alguien con voz amable me dice: - ¿Alejandro?    -No, me llamo Adrián.

-Ah perdone, Adrián, aquí tiene su catálogo de la exposición.

Y es entonces cuando vuelvo en mí, vuelvo al mundo real. ¿Real? La verdad es que no estoy seguro.

Valga toda esta historia que me he montado, a modo de introducción, para afirmar rotundamente una sola cosa: ninguna de las imágenes de la exposición “Human” de Jorge Rueda en el Palacio de la Diputación te deja indiferente. Todas y cada una producen una sensación, como he intentado describir en el texto que antecede. Igual que si de las imágenes de un sueño se trataran, de ahí la consideración de surrealista de esta exposición. Aunque yo ya no tengo muy claro si la realidad, la realidad real, no lo es más.

Para los que no lo conozcan, Jorge Rueda es un fotógrafo almeriense, que rompió moldes allá por los años setenta. Dirigió la revista de fotografía “Nueva lente”, medio desde el que fomentó las vanguardias fotográficas.

Su estilo fue y sigue siendo absolutamente innovador en cuanto a la técnica, con el uso de fotomontajes en analógico que nada tienen que envidiar a los que hoy se realizan con Photoshop, solo que veinte años antes de que esta herramienta apareciera.

Sus fotografías están cargadas de surrealismo e ironía, utilizando un humor sarcástico y corrosivo, para reflejar las propias contradicciones del ser humano. Contradicciones que llegan a alcanzar hasta lo esperpéntico en muchos casos, como fiel radiografía de la realidad que nos rodea.

“Human” es el trabajo recopilatorio y representativo del autor desde 1.970 hasta 2007. Producido por el Centro Andaluz de Fotografía, se exhibe por la Fundación de Cultura de la Diputación de Cádiz en el Claustro del Palacio Provincial hasta el próximo día 25 de Octubre.

Es una recopilación de más de 100 obras del autor que guardan una unidad de análisis y visión de la realidad. Que va desde lo más intrascendente y absurdo hasta despertar lo más intimo de nuestras conciencias, perversiones, deseos y miedos.

Una transgresora surrealista y provocadora visión de la realidad que difícilmente le va a dejar indiferente.

Todo un acierto de la Fundación de Cultura que como no se apresure se va a perder, ya que finaliza el próximo domingo.

Para terminar les dejo algunas de las frases con las que el autor acompaña sus imágenes para que les sirvan de pistas a la hora de su interpretación:

Kan: “Todo el que cree en algún Dios, me infunde una gran desconfianza”.

Obispa: “Cuanto más viejo, más libre. Y cuanto más libre más radical”.

Coktail: “…después de una muerte tan violenta. Si es que alguna no lo es”.

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