Cultura

'Tiro en la cabeza', de Jaime Rosales, centra la atención en San Sebastián

  • El realizador, ganador del Goya con 'La soledad', aborda el terrorismo en una apuesta cinematográfica difícil que genera un notable debate en el certamen

Tiro en la cabeza, que recrea el asesinato de dos guardias civiles a manos de la banda terrorista ETA, llegó ayer al Festival de San Sebastián como una de las películas más esperadas de esta edición, en una jornada cuya Sección Oficial se completó con la comedia negra francesa Louise Michel.

Tanto la forma como el fondo de la incómoda Tiro en la cabeza generaron debate en su presentación ante la prensa, al abordar el terrorismo etarra desde una particular forma de entender el cine, rodando con teleobjetivo, con sonido ambiente pero sin los diálogos que se suceden en la vida cotidiana de su protagonista, el hombre que termina asesinando a los dos guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero.

"Es un fracaso mío si a alguien no ha gustado la película, pero no puedo pretender gustar a todo el mundo", explicó Jaime Rosales, quien con este comentario provocó los aplausos espontáneos de los medios de comunicación acreditados, como respuesta a una agresiva crítica hacia la posible manipulación de la película surgida en la multitudinaria rueda de prensa.

El primer trabajo de Jaime Rosales desde que resultó ganador de la última edición de los Goya con La soledad atrajo la atención de los asistentes al festival por abordar un tema como el terrorismo, por ser su autor un cineasta en boga, no vasco y de ganada reputación de experimental, y por ser presentado en la ciudad donde fue rodado.

Expectativas inevitables teniendo en cuenta que la cinta no se había mostrado antes hasta la primera proyección la noche del lunes en el Teatro Principal de San Sebastián, en la que la propuesta formal del catalán no recibió grandes reacciones, salvo pocos aplausos y aún menos silbidos, y que vino precedida de una grabación en la que la organización del certamen cinematográfico condenaba los atentados terroristas de los últimos días. También aplausos espontáneos despertó ayer su protagonista, Ion Arretxe, escenógrafo reconvertido en actor, cuando explicó que la razón para rodar Tiro en la cabeza reside en "dar la cara, literalmente, como ciudadano vasco".

La propuesta de Rosales busca a su vez "una verosimilitud y una expresividad cinematográfica", por lo que emplea "componentes dramáticos clásicos, como el cine mudo, y otros muy apartados del cine convencional, más relacionados con la videoinstalación", explicó el director, por lo que el estreno comercial de la cinta coincidirá con su proyección en el Museo Reina Sofía de Madrid.

Rosales también anunció que acudirá al Festival de Nueva York con ella, un certamen selecto con cerca de 25 películas proyectadas cada edición y con escasa presencia española.

Mucho más ligera es la comedia negra francesa Louise Michel, dirigida por Benoit Delpine y Gustave Kervern y que produce el conocido actor y director francés Mathieu Kassovitz. Esta historia, ambientada en una fábrica situada en la región de Picardie, está protagonizada por un grupo de mujeres que, al cerrar la empresa en la que trabajan, deciden contratar a un matón que asesine a su jefe con la indemnización de su despido.

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