Premios goya

Urbizu se impone a Almodóvar en los Goya

  • 'No habrá paz para los malvados' ha sido la gran triunfadora de la gala al obtener los premios más importantes, entre ellos, el de mejor película, mejor director y mejor actor para José Coronado.

No habrá paz para los malvados ha conseguido alzarse como la ganadora de la XXVI edición de los premios Goya con seis estatuillas, en cuya pedrea han repartido cuatro galardones La piel que habito y Blackthorn y tres para La voz dormida.

Después de una gala en la que los premios parecía repartirlos por orden un crupier, Enrique Urbizu se descolgó del pelotón casi al final de la gala, aunque se empezó a dibujar su victoria cuando recibió el Goya al mejor guión y, sobre todo, cuando Pedro Almodóvar perdía el de mejor guión adaptado frente a Arrugas, la primera cinta de animación en lograrlo en la historia de estos premios.

El thriller rodado en el extrarradio madrileño No habrá paz para los malvados, que partía con catorce nominaciones, se llevó además del premio a la mejor película, el de mejor director, actor -para José Coronado que ha vuelto a alzar ese grito de "rock and roll" que dice en la película-, mejor guión original, mejor montaje y mejor sonido. Así, frente a la noticia positiva del triunfo de un director hasta ahora poco reconocido en los Goya, pese a películas como La vida mancha o La caja 507, y de un actor como José Coronado, se dibujaba la incomodidad por otra noche agria para Pedro Almodóvar.

El director manchego ya parecía hacerse a la idea de que La piel que habito no sería la gran triunfadora cuando la cámara le enfocó al ganar Elena Anaya el Goya a la mejor actriz. El de esta noche supone un nuevo sinsabor de Almodóvar con esa Academia con la que se acaba de reconciliar. Además del premio para Anaya, La piel que habito se llevó el premio a la mejor banda sonora -el noveno para Alberto Iglesias, que también opta al Oscar por El topo-, maquillaje y peluquería y mejor actor revelación, para Jan Cornet.

La tercera en discordia, La voz dormida, había empezado fuerte y durante un momento de la gala llevaba la delantera. Dos de sus actrices, Ana Wagener como secundaria y María León como revelación, y la canción Nana de la hierbabuena fueron las premiadas en el tercer filme de Benito Zambrano, basado en la novela de Dulce Chacón y con el estigma del cine sobre la Guerra Civil española.

Y aunque parecía que el western no iba a tener lugar en la gala de premios del cine español, a mitad de ceremonia Blackthorn empezó a recoger cosecha en las categorías técnicas: mejor dirección de producción, mejor fotografía, vestuario y mejor dirección artística que ensalzan el careo de valores que propone el filme de Mateo Gil.

Sin embargo, la primera en estrenarse había sido Eva, con el premio al mejor actor secundario para Lluís Homar, deslumbrante opera prima de Kike Maíllo -ganador del Goya correspondiente-, que en su arriesgado empeño por hacer ciencia ficción en el cine español había acaparado un total de doce nominaciones.

La que también era debutante, pero como maestra de ceremonias, era Eva Hache, que no ha tomado el excelente pulso cómico que había dejado Buenafuente en las últimas dos ediciones de los Goya, dejando las carcajadas para el demoledor monólogo de Santiago Segura, ironizando sobre el amiguismo y la arbitrariedad en las votaciones de estos premios. La gala se vio enturbiada, además, por un nuevo fallo de seguridad tras el ocurrido el año pasado con Jimmy Jump, cuando un espontáneo con la bandera pirata en su camiseta y autodenominado El muletilla se adelantó a Isabel Coixet, que subía a recoger el premio al mejor documental por Escuchando al juez Garzón.

Finalmente, The Artist, de Michel Hazanavicius y nominada a diez premios Oscar, se llevó el Goya a la mejor película europea, mientras que la argentina Un cuento chino, de Sebastián Borezstein, se llevó el Goya a la película iberoamericana.

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