Cultura

Una bella y arriesgada odisea

TENER una galería de arte en los tiempos que corren es toda una hazaña. Si la galería tiene como objetivo presentar el trabajo novedoso de artistas poco afines a la tradición, la hazaña se multiplica infinitamente. Si, además, la galería se encuentra situada en Chiclana - lo mismo podíamos decir si se encontrara en cualquier otra localidad -, la hazaña adquirirá tintes de auténtica heroicidad.

Gades es, ahora mismo, una de las pocas galerías de arte que quedan en la provincia. En el recuerdo tenemos a Magda Bellotti, a Carmen de la Calle y a Milagros Delicado, cuyo trabajo está muy presente y, cada vez más, es echado de menos. ¡Nos hacen falta tantas cosas! Sólo tenemos lo que se nos ofrece en Grazalema - Neylson Gallery -, en Jerez - Ramón Belén -, en San Fernando - G40- y en Cádiz - Benot-. Lo demás, las migajas cada vez más parcas de las instituciones. Muy poco para una provincia que siempre se ha destacado por su entusiasmo artístico. Por eso es de agradecer la labor de galeristas como Ramón Pareja que apuestan por un arte hacia delante y que creen en lo que hacen.

La exposición en la galería de Chiclana responde a los amplios postulados que anima la creación contemporánea. Por un lado, pintura de muy amplio espectro, desde las más absoluta plasmación de la realidad, mostrándose ésta sin apenas desviaciones visuales, de Pepe Parrales, hasta los bellos desenlaces extraídos de ese universo presentido de Paco Aguilar, uno de los más grandes grabadores que existen en España y que para la ocasión nos ofrece nuevos desarrollos pintados con toda la especialísima iconografía que caracteriza su obra gráfica. Juntos a estos dos extremos pictóricos, la sugestiva obra de Inma Naranjo, que nos relata sutilmente una historia con muy dulces modulaciones. La escultura está presente con la obra de Serena Fortín, que plantea un entramado plástico perfectamente estructurado, donde la forma se acondiciona a un contenido de bellas sugerencias. Al mismo tiempo, Fran Ramírez, en su línea de inquieto buscador, nos introduce en los arbitrarios esquemas de una obra que va mucho más allá de los simples componentes formales, adentrándonos por amplios márgenes conceptuales. Por último, Sergio Galea, ofrece dos obras que anuncian los estamentos más comprometidos de la creación contemporánea. En la fotografía, se sirve del medio para formalizar una obra de profundo interés, con la realidad mostrando ambiguas posiciones. Por otro lado, interviene parte del espacio expositivo con una serie de planchas que cuestionan la propia conformación del objeto y abre nuevas perspectivas.

La galería Gades establece, con esta muestra, los diversos planteamientos que cohabitan en el arte contemporáneo. Su sola posición como espacio expositivo abierto a los amplios acontecimientos artísticos del momento es ya una bella odisea. ¡Que no decaiga!

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