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Muy buena pinturaLas posiciones de la expresión

La galería que dirige Asís Moreno y que se encuentra en el bello palacio del Virrey Laserna - Condes de los Andes - es un espacio expositivo necesario en este panorama de mínimos en el que, actualmente, se encuentra el paisaje artístico de esta ciudad. Una programación constante, rigurosa y con sentido le vendría como anillo al dedo a este Jerez bastante apocado expositivamente. En este sentido, la muestra colectiva que, actualmente, se presenta en la sala de la calle Pozuelo podría muy bien ser el ejemplo desde donde partir. Artistas, y buenos, los hay, aquí y fuera de aquí, no dudo que, con un programa adecuado, serio y continuado, los autores harían cola para poder ocupar sus históricos espacios.

Cinco artistas de muy dispar naturaleza pictórica han sido llamados para esta colectiva acertada en la que los significativos postulados de los mismos se hacen presentes en una exposición correcta en fondo y forma. Cinco artistas que han demostrado su importancia en el discurrir artístico de la ciudad y que son conocidos por su manifiesta calidad y por su determinante acción en una pintura a la que se le conceden muchas de las mejores circunstancias plásticas y estéticas. Los cinco son portadores de una solvente capacidad creativa y están en posesión de una pintura con carácter, muy bien acondicionada en continente y contenido.

FERNANDO PEMARTÍN nos deja constancia de un especialísimo paisaje pseudoabstracto, estructurado con una líneas de horizonte poderosamente dispuestas en unas partes perfectamente diferenciadas y sabiamente configuradas en unas coordenadas donde la abstracción y la figuración diluyen sus fronteras.

Muy bueno es el proyecto paisajístico de JAVIER GRANDES, artista que descubrimos con satisfacción en esta muestra; en él realiza, con soltura, una pintura seria en la que se nos ofrece una naturaleza perfectamente conformada con exactos planteamientos pictóricos,

Sutil y felicísimo ejercicio de contención artística es el de ROCÍO CANO. Muy bien sujeto a su fresco verbo artístico son los cuadros de frutas y tremendamente lúcido el tratamiento que concede a los dos jarrones de flores. Con ella, lo esencial de la pintura consigue sobrios y bellos resultados.

Los motivos equinos de CARMEN CHOFRE, dentro de su recurrente posición, nos ofrecen una absoluta fortaleza compositiva y su muy acertado criterio pictórico. Pintura que siempre es bien recibida por su poderoso planteamiento artístico.

Apasionantes nos parecen las dos piezas mayores de DAVID MALDONADO, dominando la estructura compositiva y jugando, a la perfección, con los tonos, con los planteamientos descriptivos de lo representado y con su sobria y esclarecedora mancha expresiva. Al mismo tiempo, nos encontramos con obras de pequeño formato donde la capacidad para definir lo esencial se nos hace felizmente presente.

Buena exposición con cinco artistas diferentes que nos dejan un feliz testimonio de una pintura poderosa, seria y con todos los valores de un arte entusiasta, con carácter y absolutamente convincente.

SÍ, todavía, hay algunos malpensados, envidiosos, desinformados y equivocados que no creen en la pintura de María Luisa Rey es, o porque su ceguera es preocupante o porque su sensibilidad es nula o, bien, porque no quieren rendirse a una absoluta evidencia. El trabajo de esta artista se sustenta en un buen planteamiento pictórico, en una solvente manipulación de los elementos, en una acertada disposición estructural y en un desarrollo expresivo valiente, contundente y lleno de energía plástica. Todo ello posibilita una pintura atractiva, convincente, agradable y portadora de unos valores artísticos que son cercanos a casi tofos, modernos en su formulación tradicional, clásicos en su ilustración representativa y abiertos a una amplia manifestación figurativa.

Esta exposición sevillana, pinto y seguido en su acertado discurso creativo que es la carrera pictórica de la artista arcense, viene a confirmarnos en su espléndida realidad pictórica que ofrece y que deja al margen estrictas posturas concretas, posiciones virtuosistas que a nada conducen - sólo a la mirada equivocada de algunos sin fundamento artístico - para asumir realidades llenas de expresividad en las que la pincelada vehemente rompe el hilo argumental que dicta la mera ilustración de lo inmediato.

María Luisa Rey ha ido evolucionando dentro de una figuración a la que va dominando para dotarla de mucha más dimensión artística. Lo real, apenas está apuntado, la representación queda atemperada en una maraña colorista que potencia la expresión y abre las perspectivas de una pintura sujeta a los abiertos postulados de la emoción plástica.

La exposición en la sala Jerónimas, un espacio multiusos, de gran dinamismo, nos conduce por una serie de obras de distinto contenido pero parecido planteamiento artístico, en las que se observa esa apasionante evolución de la artista, con la pincelada vehemente y valiente, el dibujo disuelto en una composición de contundente colorismo, la estructura cromática imponiendo su sentido expresivo y dejando que la escena quede supeditada a la fuera pictórica de una realidad representada con las estrictas marcas de la expresión bellamente construida.

Nueva comparecencia de esta artista que va quemando justas etapas en una carrera muy bien acondicionada; un discurrir artístico que mantiene la tensión creativa, que sigue abriendo perspectivas y que nos anuncia nuevos desarrollos de una pintura figurativa y que nos anuncia nuevos desarrollos de una figuración en la que todo es posible.

María Luisa Rey nos sigue convenciendo por su trabajo poderoso, por su deseo de continuar buscando, de acceder as posiciones donde la emoción artística impone su potestad y deja expeditos caminos de profunda artisticidad. Aquellos que no lo vean deben hacérselo estudiar.

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