Cultura

El color de la autenticidad

  • 'La importancia de ser rosa', de Miguel Ángel Blanca y Tinta Fina y editada por los sevillanos Barrett, reflexiona sobre la dificultad de ser fiel a uno mismo

Juan es un tipo aburrido pero feliz, que intenta llevar una discreta existencia mientras su novia pone huevos por toda la casa y su terrorífico suegro, que habla a través de la voz de Chomsky, sueña con asesinarlo bajo la atenta mirada de un ratón rosa que se ha infiltrado en su hogar. Estos son los pintorescos personajes que habitan la novela gráfica La importancia de ser rosa, el cuarto título de la editorial sevillana Barrett. El proyecto une a los "artistas polivalentes" Miguel Ángel Blanca, guionista de cine, compositor y cantante del extinto grupo Manos de Topo -de él parte la idea del guión-, y la dibujante y profesora Núria Inés, más conocida en el mundo de la ilustración como Tinta Fina. "Es una novela muy excéntrica con flashes surrealistas que en realidad son cosas muy cotidianas que nos han pasado a todos, como eso de vernos en una situación en la que no queríamos estar. Se trata de un hombre que quiere ser blanco, gris, anodino y ya está. Entonces comienzan a pasar un montón de cosas extraordinarias que la gente se moriría por que le pasaran. Cosas sexys que nos dan miedo a veces", resume la ilustradora.

El color que saca al lector de la narración en blanco y negro simboliza el tema de este melodrama del siglo XXI: la dificultad de ser auténticos en un mundo que crea clones (que se sueñan diferentes). "Para el protagonista el rosa representa el hecho de seguir siendo fiel a sí mismo. Algo que puede darte miedo pero que en realidad es lo que te mueve, lo que de verdad quieres ser", explica Nùria Inés.

La dibujante se sirve de los referentes del manga y de la portentosa "capacidad de pintores flamencos como El Bosco o Brueghel de aunar 15 o 26 escenas en un mismo cuadro" para reforzar la complejidad de un relato que se mueve entre la comedia del absurdo y el terror intimista. "Quise transmitir el sentimiento de los personajes con un estilo de dibujo enrevesado, que casi se aturulla, como si estuviéramos dentro del personaje protagonista y viésemos distorsionada su realidad tal y como él la ve", aclara Inés.

La búsqueda de sentido a nuestras decisiones, la exposición constante en una sociedad hiperconectada y obsesionada con protagonizar hechos increíbles a diario, la fidelidad a las pequeñas cosas, el amor o la monotonía son cuestiones que asoman en esta histora gráfica, que ve la luz tras dos años de trabajo y "muchos kebabs de gestación". Según los creadores, frente a ese afán de espectacularidad que se da en estos tiempos -"pasa algo y quieres decir yo he estado ahí, he formado parte y tengo un selfie para demostrarlo"-, la novela pretende "hacer un pequeño homenaje a todo lo contrario, a que no pase nada". Su propuesta queda recogida en la pregunta: "¿Cómo decorarías un armario si tuvieras que vivir dentro?", es decir, " con qué cuatro cosas nimias te apañas tu propia felicidad", en palabras de Nùria Inés.

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