Cultura

El dibujo de lo divino

Sin estar, aparentemente, demasiado presente en los ambientes artísticos de la ciudad, sin ocupar puestos de relevancia en los espacios donde algunos pretenden protagonizar caudillajes en la plástica jerezana sin tener base alguna para ello; metido en su estudio creando en solitario - como debe ser -; alejado de mentideros y mentirosos - como debe ser - y caminando con las miras puestas sólo en su sentido artístico - como debe ser -, Jesús Jiménez Cabral se nos presenta, una vez más, como un artista poderoso, convencido y convincente - sin lugar a dudas, como debe ser -.

A este artista jerezano, que no es, ni mucho menos, nuevo en este universo, lo volvemos a encontrar inmerso en una realidad creativa de mucho interés pictórico, en un proyecto artístico de suprema solvencia, de determinación plástica, de fortaleza dibujística y de originalidad constitutiva, además puesto en escena en el momento adecuado. La carrera artística de Jesús Jiménez Cabral, para aquellos que no estén muy al tanto de los asuntos artísticos, es amplia y con un discurrir lleno de reconocimientos. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, pronto le llegaron los éxitos, obteniendo los Premios de Expresión Joven de Jerez y el Plan Joven de Cádiz; se le encarga la realización del cartel anunciador de los Cursos de Verano de la UCA y el oficial de los Carnavales de Cádiz. Ha sido artista de las galerías El Laberinto y Belén , de Jerez y de la de Milagros Delicado de El Puerto de Santa María. En el año 2015 fue el autor del cartel de la Semana Santa de Jerez, en la que aparecía la serena imagen del Señor del Ecce Homo con una fuerza plástica dominante y llena de sentido artístico.

JESÚS JIMÉNEZ CABRALSala del VirreyJEREZ

Ahora, Asís Moreno lo presenta en su espacio expositivo del Palacio del Virrey Laserna y lo hace, aprovechando las fechas, con una cuidadísima muestra en la que el artista nos conduce por las rutas de un magnífico dibujo, por los esclarecedores y determinantes episodios de una serie de imágenes de la Semana Santa de Jerez. Con un ejercicio de exactitudes rigurosas, plantea la realidad descrita con muy pocos elementos constitutivos pero lleno de sabios criterios expresivos, consiguiendo que esa realidad representada manifieste todo su poder ilustrativo. Con muy poco, el artista consigue la máxima totalidad.

Utilizando el carbón sobre el papel teñido, Jesús Jiménez Cabral nos sitúa en los apasionantes medios del dibujo, esos que sirven para estructurar sabiamente un contenido lleno de contundencia expresiva y determinante línea argumental. Imágenes de especial sentido devocional, fuerte arraigo en la ciudad y absoluta cercanía para casi todos, son planteadas con una acertada economía de medios para conseguir un desarrollo representativo de máximos y sabios resultados. De nuevo nos encontramos con la rigurosa y pulcra pintura de Jesús Jiménez, un pintor culto - por lo que dice y por cómo lo dice n-, dominador de esa arqueología artística que desentraña con solvencia y criterio los eternos argumentos de un Arte - en este caso el de la especial imaginaría procesional jerezana - que él hace, todavía, más eternos.

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