La otra mirada

Entre lo documental y lo plástico

  • Fotografías de Pepe Vázquez sobre La 'saca' de yeguas

JOSÉ Vázquez Llamas es uno de esos fotógrafos, maestro de fotógrafos, de toda la vida y del que curiosamente tan sólo hemos hablado de él una o dos veces en esta página. Y es porque, aunque su producción fotográfica es intensa, rara vez ha sido partidario de exponerla. A pesar de los insistentes requerimientos de quien les escribe, entre otros. 

Pues, por fin, ha roto su norma y muestra una de sus infinitas colecciones en la Torre del Agua, sede de la Agrupación fotográfica San Dionisio. El trabajo, que se denomina ‘Saca de Yeguas’, muestra distintas instantáneas tomadas por el autor entre los años 2008 a 2011 en los que ha seguido una tradición almonteña conocida con ese mismo nombre.

La tradición se remonta a tiempos inmemorables, y que ya en 1504 fue regulada por una ordenanza del Duque de Medina Sidonia. Lo cierto es que desde hace siglos, los días previos al 26 de junio, los ganaderos de Almonte recogen las yeguas y potrillos que pastan durante el año en diversos enclaves marismeños del Parque de Doñana, y los concentran en las Playas de Rocío. Para más tarde, el 26 de junio, proceder a su traslado a Almonte, recorriendo las calles de la aldea del Rocío. Estos acontecimientos tienen lugar a finales del mes de junio, coincidiendo con la Feria de San Pedro, patrón del municipio.

Durante todos estos años, la cámara de Pepe Vázquez ha estado ahí, inmortalizando esta centenaria tradición que goza de una plástica sólo narrable en imágenes fotográficas, como las que el veterano fotógrafo nos muestra en la Torre del Agua.

Estas imágenes suponen, de una parte, un indudable documento antropológico que recoge y testimonia tradiciones centenarias. Desde la búsqueda por los yegüerizos de los equinos en la Marismilla, Las Nuevas, el Rincón del Pescador, la Vuelta de la madre, Matasgordas, etc... El oficio de reagruparlas y conducirlas a través de la marisma. La forma de montar, la vestimenta, los utensilios como la vara o “chivata”. El modus operandi, que se repite cada año desde el amanecer, hasta tener agrupadas todas las yeguas y potrillos frente a la Ermita, la bendición del párroco, la parada en el arroyo Santa María, para finalizar haciendo lotes o tropas que, como una estampida, hacen su espectacular entrada en el pueblo. Luego allí, durante cinco días, se les practica la tusa (corte del pelo) y el herrado de las potras para su venta.

Todas estas faenas y rituales poseen una singularidad dignas de ser estudiadas y documentadas gráficamente, como Pepe Vázquez ha hecho. Pero, como buen fotógrafo que es, no ha podido resistirse a la tentación de plasmar, de otra parte, la plástica excepcional que todo ese proceso adquiere. El caballo en sí, es un animal supuestamente plástico. Y en grupo lo es aún más. Aprovechando la polvareda que levantan, las primeras luces del amanecer que se tamizan entre el polvo y las siluetas de las yeguas. La gama tonal de su pelaje. La figura de los caballos en estampida, que hasta tienen que aterrar a su paso entre los fotógrafos, que deben guarecerse tras árboles u obstáculos.

Supongo que todo ello otorga al espectáculo tintes que atrapan los deseos de capturar imágenes bellas que todos los fotógrafos albergamos. De ahí que le ocurra a Pepe Vázquez, como le ocurre a muchos más fotógrafos, que no quieran perderse esa cita anual con el hombre y el caballo, que tan buenos resultados estéticos da. Sólo tienen que comprobar las imágenes de esta página, seleccionadas de entre las miles que el autor posee sobre el tema. Un autor, hay que decirlo, que se aprovecha fantásticamente de los recursos cromáticos que lo digital ofrece, siendo como es un fotógrafo de blanco y negro tradicional, pero que aunque él quiera a veces ocultarlo, domina igualmente las actuales técnicas.

Me ha alegrado mucho tener excusa para traer a esta página a José Vázquez, porque es de los fotógrafos jerezanos que no sólo practican la fotografía sino que además lleva años desde la Agrupación San Dionisio trabajando por y para ella. Para finalizar, tan sólo añadiría una pregunta dirigida al autor. ¿Para cuándo su trabajo sobre Cuba? 

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