Música

Él, por encima de versiones

  • José Mercé pone en escena los temas de 'Doy la cara' en el Teatro Falla durante el recital, con su pincelada flamenca, que organiza la Cope.

El intérprete José Mercé, junto al guitarrista Antonio Higuero, en el Gran Teatro Falla.

El intérprete José Mercé, junto al guitarrista Antonio Higuero, en el Gran Teatro Falla. / lourdes de vicente

Que José Mercé es capaz de meterle sabor y compás hasta a un prospecto de Bisolvon es asunto de sobra conocido. Por eso, en este homenaje al pop que es Doy la cara por parte del flamenco del buen pelo y el buen metal, irse del Gran Teatro Falla con el público en el bolsillo era crónica de un éxito anunciado. Y no fallaron los pronósticos. El as de las versiones paridas desde el jondo no defraudó siendo él, por encima de todo, Mercé y Mercé sobre todas las cosas, sobre las letras de Drexler, de Sabina o de Aute. Mercé, el planeta cuya fuerza de gravedad imanta los temas hasta hacerlos suyos. Pero que brilla, eso sí, con más intensidad cuando su boca grande y leona te dice por soleá.

Porque, como es habitual en el guión de recitales del jerezano, algunos de los genuinos estilos del arte grande que es el flamenco tienen un lugar especial en los espectáculos del sonriente y agradecido intérprete que en la gala del miércoles organizada por Cope Cádiz no se olvidó -nunca, nunca, lo olvida; siempre, siempre, lo recuerda- de sus comienzos en El Tablao de Cádiz y de los buenos ratos allí pasados.

Y los buenos amigos, y los buenos compañeros. Así, no dudó el cantaor en brindar la malagueña de El Mellizo - equilibradas las dosis de ayeo, rajo y lamento- "al maestro Rancapino", "uno de los pocos, de los únicos, puros que nos quedan por aquí", acertaba el protagonista de la noche sobre el oscurocasinegro cante del genio de Chiclana que acudió al teatro.

El respetuoso brindis llegó apenas unos minutos después de que el artista pisara las tablas. Unas notas del piano, embrujador, de José Ramón Mestre nos prometían a La Salvaora y Mercé la conjuraba, paseándola despacito, haciendo su entrada triunfal con la a capella incluida.

Los oles lo cubrieron y lo abrigaron, tanto que él se deshizo de la chaqueta, y de dos botones represores de la camisa, antes de que junto a Antonio Higuero -con la corrección del que apuesta por la sonanta cristalina- se abrazara a la malagueña. Siguieron las soleás, mandando Jerez, como un canto al cortejo -esperándola sin prisas, templándola, para poco a poco ir abalanzándose al palo con la pasión del buen amante y llevándola al éxtasis con ese juego amatorio al entreverarle el fandango - y las alegrías -"¡que estamos en Cai!"- y familia (celebrado el mirabrás) dando de nuevo su lugar a la ciudad que se le rindió hace muchos años y que lo sigue venerando.

Algo más de media hora transcurría en una noche de 90 minutos cuando cambió el tercio. Y mientras Mercé se afanaba en ese Bulevar de los sueños rotos -quizás demasiado sujeto al atril, presumiblemente, con la letra- algunos asistentes (bueno, yo) se despistan imaginando que la noche sigue por fandangos o por seguiriyas...

El Contigo aprendí nos sacaba del ensimismamiento, causalidad o no, cuando Mercé abandonó la silla y, de nuevo, apostaba por hacerse con las tablas, más suelto en la expresión corporal. Con la Milonga del moro judío se nos termina de pasar el empeño de retener su versión más ortodoxa pues, sin duda, fue uno de los temas más mimados de la noche por el hacedor de hermanamientos musicales que viaja del Uruguay a Cádiz embarcado en este canto pacifista de Drexler que cobra más actualidad, si cabe, con los recientes y trágicos sucesos de Manchester. La ovación es cerrada, como la cabeza de quien sigue la ley del terror.

Al Alba, coreada por el respetable, eclipsando a Tu frialdad, de Jesús de la Rosa que estás en los cielos, y a las alturas de El breve espacio en que no está, de Silvio Rodríguez dejaron un recogimiento en el ambiente que se resquebrajaba de arriba abajo con esa potente bocanada de Aire, ventilando penas y alegrías. Mercé en estado puro, genunio,por encima de versiones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios