zarva barroso. novelista gráfico

"Tenemos que focalizarnos en nuestras pasiones"

  • Con 'Don Barroso', la historia de su padre, diagnosticado de cáncer, logra el Premio Divina Pastora de Novela Gráfica Social

  • Hoy jueves, por la mañana, estará en el colegio 'El Altillo' de Jerez

-imagino que habrá más de una viñeta con aguadas de lágrimas...

-Si, fue muy duro porque, aparte de que el protagonista es mi padre, suponía revivir situaciones, sentimientos. Y porque, además, aunque la historia fuese en versión cómic, los personajes no dejaban de ser ellos. Era mi padre, mi familia y todo lo que habíamos vivido juntos... Por eso quizá he tardado tanto. Hace ya más de tres o cuatro años que lo empecé, pero lo cogía, lo dejaba, lo volvía a coger... Aunque he cambiado la historia del final de su vida, todo es muy fiel a ella. Sobre todo la parte que habla directamente sobre el tema.

- ¿De dónde sacó la fuerza?

-Pues quizá de lo que él me enseñó. Toda la vida estuve aprendiendo música de él, que salía desde siempre en la banda municipal. Tocaba el bombo, los platillos, toda la percusión. No era su oficio, porque trabajaba como marroquinero. Pero a la marroquinería llegó de manera inconsciente, porque era el trabajo que había. Y a la música, de manera consciente, porque era lo que le apasionaba. Y si te hablaba de algo, era de música. Siempre me trasmitió mucha pasión por ella y quizá cuando era más joven no le hacía tanto caso porque yo tenía la mía y el ponía sus pasodobles. Estuvo toda la vida volcado en la música. Incluso enfermo, seguía tocando cuando podía. Dibujando siempre tuve muy presente que él era así. Igual que yo no podría vivir sin dibujar, él no podía vivir sin la música. Cuando estaba trabajando, tenía su música puesta, y cuando llegaba la Semana santa, o la Feria o tenía algún compromiso la banda, estaba deseando que llegase ese día y contaba las horas.

-La música encauza y envuelve todo el relato...

-En mi casa lo que sonaban eran sobre todo pasodobles. Los que he metido son los que más le gustaban: La Giralda, Nerva, La puerta grande... Pero también era muy aficionado a la copla. Ponía a Juanita Reina, Las cosas del querer... tenía un gran repertorio... Un amigo suyo me contó que mi abuela cantaba copla también.

-'Don Barroso' no es sólo la historia de su padre, sino un cuento de los de siempre, con moraleja...

-Mi primera intención, la más visceral, es que, de alguna manera, mi padre siguiese vivo. Y aunque haya cambiado el final, siempre he tenido muy presente cómo reaccionaría ante esa situación. Mi padre era una persona noble, era bueno y no tenía maldad. Era un hombre inocente, que confiaba en las personas directamente... De hecho, en la historia, él afronta la dificultad igual que afrontó su vida en el pasado. Aquello le funcionó e intenta hacer lo mismo. Quizá la moraleja es que somos lo que hacemos: lo que dejamos en los demás depende mucho de qué y cómo lo hagamos. Tenemos que focalizarnos en nuestras pasiones, en las cosas que nos hacen felices porque es lo que nos vamos a llevar. La vida pasa sólo una vez y hay que aprovecharla, aunque a veces sea difícil.

-Retrata muy bien su Ubrique natal ¿Le hizo falta tomar cierta distancia para conseguirlo?

-Claro. Yo llevo 15 años viviendo en Valencia. Y mi padre sigue en mi casa, que es muy pequeñita y todo es muy intenso. En Valencia tengo mi propio espacio desde donde lo veo todo de otra forma. Pero también me ha ayudado el tiempo. Al principio me costaba porque era revivir muchas cosas. Revisé los papeles que tuvimos cada uno cuando pasó. El mío fue el del típico hijo que se plantea si ha hecho bien o mal las cosas. Porque caí en muchas como mirar en internet lo que pasa, preocuparme demasiado por la alimentación... fui el controlador, que siempre hay quien juega ese rol.

-¿A cuáles de sus personajes les tiene más cariño?

-Aparte de a mi madre y a mi hermano, a mi vecina Antonia, que sale siempre pendiente de todo. ¡Y es que es así! Más todavía desde que falta mi padre. Es como de mi familia. Antonia es como una hermana que siempre está para lo que nos hace falta. Y una amiga. Y mi primo también... Estaban en la historia y siguen estando.

-No salen nada bien parados el alcalde y los municipales ¿Hay mucho villano suelto por ahí?

-En realidad esa parte es ficticia. Yo me decía ¡Ay, madre mía!, no quiero que nadie piense... Como sabes, en Ubrique tenemos alcaldesa y no alcalde... Puede que esos personajes sean villanos, pero también quería reflejar que muchas veces las personas estamos presas de las cosas urgentes y de verlas grosso modo. Y en este caso, el alcalde no sería exactamente el malo, sino alguien con ideas diferentes a Don Barroso. Alguien que no es capaz de ponerse en su lugar, porque tampoco es que lo trate mal... No valora las cosas que él le dice, porque es de esas personas que no ha aprendido a valorar la memoria... Villanos hay en todas partes, pero cuando vengo siempre me llevo lo mejor de mi tierra.

-Resulta exótico, pero atractivo, un cómic ambientado allí. Igual hay que sacudirse complejos ...

-Creo que sí. Yo no soy patriota en otro sentido, pero entiendo que estéticamente la imagen española es muy potente también. E igual que en cualquier cómic americano vemos desde el campesino hasta el rico, mezclados en escenarios fantasiosos, creo que en España tenemos un montón de imaginarios que se podrían incluir en los cómics y darles una identidad propia. yo lo tengo muy presente... Nuestra Sierra, con esos paisajes, con esos personajes, tiene mucha identidad. Y está guay para retratarla. Es súper interesante y muy diversa. Se podrían sacar cómics ambientados en cualquier punto y serían parecidos, pero, al mismo tiempo diferentes.

-¿En qué trabaja ahora?

-En un cómic ambientado en la Sevilla del final de la República. Va a ser un trabajo para el Instituto de Memoria Democrática. Todavía lo tenemos que cerrar.

-Toda su obra tiene una fuerte impronta social ¿De dónde le viene?

-Igual es un planteamiento de vida. Me gusta creer en las personas y en que todos tenemos capacidades para hacer cosas, pero tenemos que vernos en situación y comprender. Con el arte se puede ayudar a ver muchas realidades que a lo mejor si no te llegan por ese canal, no te pones en ese lugar. El arte es una herramienta potente para transformar. Lo social puede llegar a través del arte. Me gusta crear intervenciones urbanas o muestras de arte público en los que el receptor termina de completar la obra. Que intervenga la gente y los colectivos.

-Todos los beneficios de 'Don Barroso' irán a la Asociación Española Contra el Cáncer

-Concretamente para el programa de ayuda psicológica para familiares y enfermos de cáncer. Yo me llevo que se me reconozca y que le llegue a la gente la moraleja.

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