Javier López Menacho. Escritor

"Se ha hablado mucho de la precariedad, pero no desde la precariedad"

  • Este jerezano relata en su primer libro, 'Yo, precario', su experiencia en trabajos 'basura', un retrato fiel de la situación que sufren muchos en este periodo de crisis

 El Ateneo de Jerez acoge a las ocho y media de esta tarde la presentación del libro ‘Yo, precario’, un retrato autobiográfico del jerezano Javier López Menacho donde describe un periodo de su vida en el que se sucedieron los trabajos temporales en condiciones precarias. Repartidor de chocolatinas disfrazado de chocolatina gigante (un dibujo del sevillano Miguel Brieva ilustra la portada emulando este episodio), controlador de máquinas de tabaco en bares, gancho para una tienda de móviles o ‘speaker’ durante la Eurocopa para un cine son algunas de las experiencias que este novel autor ha descrito en una visión personal de las consecuencias de la actual crisis económica en unos jóvenes sobradamente preparados pero sin un futuro laboral estable. El germen de ‘Yo, precario’ fue un blog (elespaciorelatado.blogspot.com.es) donde Javier Menacho fue vertiendo todas sus sensaciones tras una dura jornada de trabajo. El libro, que será presentado hoy por José Soto Ríos, ha sido publicado por ‘Los libros del lince’, una editorial especializada en composiciones de corte crítico y reflexivo. Mañana la obra se dará a conocer en Cádiz, en la librería La Clandestina.

–¿Tras un largo recorrido por un sin fin de trabajos en precario, ¿cuál fue el que le empujó a escribir este libro?

–El libro comienza cuando hago de mascota de chocolatina. Fui contratado por una famosa empresa por tres meses para promocionar sus nuevas chocolatinas en un momento en el que estaba realizando un curso de periodismo narrativo y crónica periodística en la Universidad Pompeu-Fabra de Barcelona. Y se me ocurrió que podría hacer un libro donde recoger mis experiencias laborales aunque dándole un toque novelado. Tenía que empezar de una manera muy potente pero que también reflejara la cotidianeidad de los trabajos precarios. Parecía que este trabajo estaba esperando a que sacara la historia. También llegó en un momento en el que no tenía nada fijo donde alternaba contratos de un mes o de varias semanas. 

–El germen de todo fue en su blog...

–Empecé a escribir a lo bonzo ya que, tras trabajar, escribía directamente lo que había sentido durante la jornada. Ahí recogí todas las emociones que sentía pero luego, ya empecé a verlo como un conjunto e intenté darle una estructura circular, liberándolo de errores. Tras eso, lo envié a la editorial. 

–¿Le fue difícil que alguna editorial se fijara en Vd.?

–Tuve mucha suerte porque lo envié y a la semana siguiente recibí una respuesta. Yo no tengo padrino literario ni contacto con las editoriales. Sabía que ‘Los libros del lince’ es de pensamiento crítico pero lo envié a ciegas sin saber si me iban a contestar. Lo normal es que no te hagan caso pero tuve mucha suerte porque a las dos o tres semanas ya habíamos cerrado todo el acuerdo.

–¿Por qué decidió publicar toda su experiencia?

–Pese a todas las vueltas laborales que he dado, me siento escritor y mi pasión es escribir. Lo hago desde hace 15 años. Sentía que tenía un buen material en mis manos, crítico, testimonial, que puede hacer reflexionar... El paso de publicar era algo que estaba pensando pero que vi que era una posibilidad cercana con este tema tan candente.

–Un estilo ameno para un tema muy duro...

–Lo que he intentado es que no sea un reflejo de lo que viví sino en la que viven muchas personas, no solo jóvenes sino personas de 40 o 50 años. Cada vez hay más precarios y eso, que yo sepa, no se ha narrado antes. Se ha hablado mucho de la precariedad pero no se ha hablado desde la precariedad. Desde ella nadie ha hecho un elemento literario. De alguna manera, el libro recoge la difícil situación por la que están pasando muchas personas y esperemos que llegue a los de arriba y sean empáticos para que tomen medidas ante la sociedad que se está construyendo. 

–Para tratar un tema así, se requiere de una visión autobiográfica porque, de otro modo, quedaría fría...

–Sí, claro. Me arriesgo mucho con este libro porque me expongo. Son mis experiencias, hay situaciones reales, empresas reales, y hay que tener mucho cuidado en no herir sensibilidades y en no nombrar determinadas personas que se pueden ver afectadas. Sí es necesario darle el tono de realidad porque está denunciando una realidad aunque no lo he forjado como panfleto ideológico ni como denuncia protesta. Pero sí quería que la realidad precaria se viera de una manera sincera y honesta y hacerla reflexionar a través de mis ojos. 

–Esta crisis está haciendo aflorar muchas historias...

–A mí me enorgullece que me hayan dicho que muchas personas que han leído este libro hayan recuperado la ilusión y la esperanza de salir de esta difícil situación y de tratar de revertir la situación. Me lo ha dicho gente que no conozco que me ha escrito correos o comentarios en el blog. Si sirve para esto, bienvenido sea.

-¿Y hay esperanza a pesar de todo lo que estamos pasando?

-Por supuesto. No podemos renegarnos y vivir en una situación triste y represiva. Las generaciones más jóvenes tenemos que coger la realidad por los cuernos y manejarla poniéndole ilusión y ganas de salir adelante. La solución radica en que todos los organismos sociales y ciudadanos naveguen en una misma dirección dando empleos dignos para que todos puedan cubrir sus necesidades básicas. 

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