El empeño de los herederos del cantaor y de la peña, junto al apoyo de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, ha hecho posible la edición en CD -Así fue… (Pasarela)- de la cinta, limpiada y remasterizada, del recital que diera el maestro Antonio Mairena el 26 de febrero de 1977 en la Peña El Taranto de Almería. Se trata de una actuación que había hecho fama corriendo de boca en boca y de la que todos habíamos oído hablar en alguna ocasión. La escucha de la grabación hace buena esa fama, pues es cierto que se trata de un documento de gran interés para apreciar el valor del legado de Mairena, que se encuentra en ese momento no sólo en plenitud de facultades, sino en un momento cumbre en el reconocimiento de su labor de recuperación de un canon de estilos en lo que él dio en llamar arte gitano-andaluz.

En un ambiente de cabales, el maestro da rienda suelta a su arte a través de extensas tandas de estilos que nos retrotraen a festivales y recitales propios de esa década, la de los setenta del siglo pasado, donde casi todos los cantaores se atenían al esquema marcado: tientos, soleares, seguiriyas, bulerías… En cada una de esas tandas, Mairena despliega su conocimiento largo de los estilos, pasea con ellos por la geografía cantaora andaluza y, a la vez, los hace suyos con el marchamo marca de la casa. El maestro se encuentra a gusto, y eso es algo que se percibe por muchas razones, incluso por la forma en que se dirige a una audiencia a la que propone que le pregunten sobre los estilos que interpreta. Le acompaña a la guitarra el por entonces joven tocaor trianero Ricardo Miño, que no se amilana ante el envite y lo escolta de manera discreta y luminosa, con el espacio otorgado por el maestro para firmar una rondeña en homenaje a Ramón Montoya.