Lectores sin remedio por Ramón Clavijo y José López Romero

'El lira'

No me gustan los que hablan sin decir nada. Ni los que escriben sin contar nada. Que son muchos. Y muchas. No era el caso del Lira, don José Ramón Fernández Lira. Caminando por la Porvera, aún con un día espléndido, podemos vernos sorprendidos por unas repentinas gotas que nos mojan nuestra escueta cabellera. No es lluvia. Son las lágrimas de las catalpas, esos árboles centenarios que todavía aguardan ver pasar su espigada figura camino de la Escuela de Artes. Nadie les ha dicho que se fue, repentinamente, una soleada mañana de julio. Dos años hace ya. Y desde que se fue, Jerez quedó huérfana. Porque aunque nos dejó una fecunda y dilatada herencia, queríamos más, mucho más. Era casi un chiquillo cuando le publicaron su primer cartel, el que anunciaba la Fiesta de la Vendimia de Jerez de 1954. Representa un venenciador que tiene ya todas las trazas del estilo del que fue su mentor, maestro y amigo. Desde que se conocieron en la imprenta donde ambos trabajaban, a principios de los años 50, Muñoz Cebrián y Fernández Lira se convirtieron en inseparables, colaborando profesionalmente hasta que el corazón del primero dejó de latir en el año 2001. Juntos estaban cuando dos hermanos lasalianos, Luciano Camilo y Juan Manuel, le buscaron en el taller para ofrecerle las clases de dibujo del recién creado quinto de bachillerato. Era el año 1958, y La Salle Buen Pastor se convirtió en su segunda casa hasta que pasó al estado jubiloso en el año 2000. Buen negocio para los Hermanos, que vieron decoradas las capillas de alumnos y de la Comunidad, amén de contar año tras año con el belén de corcho para conmemorar la Navidad. La actividad docente no terminaba ahí, pues desde 1974 fue titular de la asignatura Taller de Diseño de Interiores y Arquitectura Efímera, en la mencionada escuela de la Porvera. Graduado en Artes Aplicadas, su especialidad de decoración le permitió acometer reformas en la iglesia de los Remedios, en la Santísima Trinidad o en la Capilla del Cristo del Amor. En cuanto a su relación con los libros, ya que esto es una página dedicada a ellos, apuntemos que colaboró en obras colectivas como "La Semana Santa de Jerez y sus cofradías" (1995) o "La Salle en Jerez: 125 años de testimonio y vida" (2007). Pero también firmó obras en solitario, como "Seis momentos de arte y cofradías" (1978) o "Sueños de Navidad" (2007), donde nos muestra todos los belenes que fabricara para el Buen Pastor desde 1977. Bibliófilo empedernido, reunió un Fondo variopinto de libros, revistas, diapositivas (su gran pasión fue la fotografía), carteles, dibujos, etc. Había conveniado con el Ayuntamiento que legaría todo ese material a la ciudad, que afortunadamente hoy ha pasado a ser responsabilidad de los bibliotecarios municipales.

NATALIO BENITEZ RAGEL.

Libros recomendados:

Antología poética del Romanticismo español

Ed. de Ramón Andrés. Planeta, 1987

En más de una ocasión he dicho que a mí las ediciones de antologías siempre me han parecido una buena idea para lectores que se acercan por primera vez a una generación de poetas o a una época literaria. En estas antologías pueden familiarizarse con los escritores más representativos del momento literario que quieren leer y, una vez realizada la primera prospección y elegidos los poetas más de su gusto, ya puede pasar a la profundización y lectura más atenta de éstos. No hay época o periodo literario que no cuente en el mercado editorial con una buena antología, y ésta del Romanticismo es una excelente muestra de ello. Publicada hace ya bastantes años por la editorial Planeta en su colección de textos hispánicos y al cuidado de Ramón Andrés, se recogen ella lo más granado de la poesía romántica, desde los prerrománticos  hasta los epígonos de un movimiento literario siempre atractivo para cualquier lector. J.L.R. 

El idioma español en sus primeros tiempos

Ramón Menéndez Pidal. Austral, 1979 (9ª)

Cuando la cosa está que arde en estos siempre trasnochados asuntos de los nacionalismos, traemos aquí un libro que recoge de forma ejemplar lo que fuimos y lo que somos, lo que nos dio y nos sigue dando prestigio internacional, todo ello sin ánimo de hacer patria, sino de hacer recordar un pasado común. En primer lugar, el autor, Ramón Menéndez Pidal sigue siendo el padre incontestable de la Filología española, incluidas las regiones que ahora se reivindican; maestro de los grandes filólogos que el pasado siglo dieron esplendor a la cultura española. En segundo lugar, la editorial Espasa Calpe y su colección Austral, que difundió por toda España y por Hispanoamérica lo mejor de nuestra literatura. Y por último, el estudio dedicado al español en sus primeros tiempos; el idioma que, aunque les pese a los idiotas que son legión (la idiotez empieza a ser una epidemia en algunas zonas de España), que sigue siendo el vehículo de expresión de la mejor literatura mundial. J.L.R.

El insólito peregrinaje de Harold Fry

Rachel Joyce. Salamandra, 2012

Me he llevado una grata sorpresa al leer este libro al que llegué con curiosidad, y tras adquirirlo en la librería me ha ocupado mis ratos de ocio hasta finalizar su lectura. Pocas veces una trama tan simple y sencilla podría hacerme pensar que escondiera una historia tan intensa, cargada de matices y también de preguntas y respuestas que a todos alguna vez nos asaltan y que el personaje de esta tan insólita como apasionante novela, cuando menos lo esperaba, se lanza a responder. Harold esta recién jubilado y sale de su casa para enviar una carta a una antigua amiga y compañera de trabajo, Queenie Hennessy, que está hospitalizada en el norte del país. Ha salido de casa sólo para echar esa carta al buzón cercano, pero en ese corto trayecto algo irresistible le conmina a seguir el camino, a no volver, a pasar de largo por el buzón y llevar la carta personalmente a esa amiga moribunda. A partir de ahí, tras ese inesperado giro inicial nos introducimos en un viaje fascinante. R.C.P.

Tiempo

Ramiro Pinilla. Tusquets, 2012

Es el autor de esta novela un caso atípico dentro del panorama literario español, donde ha saltado al primer plano de manera intermitente, pero de forma definitiva cuando ya octogenario entre 2004 y 2005, publica su excepcional trilogía ("La tierra convulsa", "Los cuerpos desnudos" y "Las cenizas de hierro"). Este libro es uno de esos casos raros donde la historia gira en torno al deporte, y su protagonista es un futbolista "El botas", que tras tocar la gloria vive un infierno tras una importante lesión que lo aparta del primer equipo de Bilbao. Relegado al oficio de ensombrador de cromos, donde se topará con su propia foto para los álbumes, "El botas" sabe que sus mejores años han pasado y ni siquiera los recuerdos, aquellos en los que se ve junto a su padre viendo los partidos del Atletic, o sus primeros pasos en el equipo cuando los jugadores se tenían que comprar la equipación le consuelan. Es en ese momento, cuando tanto daño le hace el recordar, aparece un periodista… R.C.P.

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