Cultura

Las mágicas 'Tribulaciones de Virginia' envuelven el Villamarta

  • Los Hermanos Oligor traen desde hoy y hasta el sábado esta puesta en escena, que convertirá el coliseo jerezano en una carpa circense, en la que sólo caben 50 espectadores por cada función

Los Hermanos Oligor son capaces de envolver una historia de amor en la magia de una barraca de feria. Esta fascinante envoltura se aprecia en su espectáculo 'Las tribulaciones de Virginia', un montaje en pequeño formato donde el escenario del Teatro Villamarta se transforma en una carpa circense. En ella sólo caben 50 espectadores para cada una de las tres funciones previstas (desde hoy jueves día 10 hasta el sábado día 12, a las 20.30 horas).

'Las tribulaciones de Virginia' pertenecen a una de esas "pequeñas perlas" de las cinco programadas en el Ciclo Diverso Teatro. Si esta oferta singular se inició el pasado mes con el monólogo 'Mejorcita de lo mío' de Pilar Gómez, en esta segunda propuesta el registro es completamente diferente.

Con los Hermanos Oligor, unos toldos delimitan en el escenario un espacio circular, donde unas gradas dan asiento a 50 personas. Queda una pequeña pista y, al fondo, aparece una gran máquina que se transforma a lo largo del espectáculo. En esa especie de barraca de feria, similares a las que se exponía a las falsas sirenas, siamesas y otras rarezas naturales, aparece un recinto salpicado de herramientas y cachivaches entre los que el público husmea en espera de que le den paso.

Una vez dentro, Jomi -uno de los Hermanos Oligor- comienza a narrar la melancólica historia de amor de Virginia y Valentín. Se trata de dos personajes encarnados por pequeños muñecos que aparecen en cualquier momento y lugar. Ambos se desplazan movidos por una serie de artilugios mecánicos. Así, por ejemplo, Virginia sólo tiene unos cuantos centímetros de alto, sale del interior de una casita de ferroviario, desciende por un tobogán con un balanceo y, cuando está al borde del abismo, cae a un cubo. Luego, reaparece de forma sorprendente girando en lo alto de la carpa.

Por su parte, Valentín, al ritmo de melodía de feria, cajas de música y tango, va accionando los diferentes mecanismos al tiempo que cuenta su relación amorosa con Virginia.

'Las tribulaciones de Virginia' es un espectáculo inclasificable, al tiempo que delicado y mágico. Podría definirse como un híbrido entre la barraca de feria y el circo. Para ello, se utilizan muñecos, juegos mecánicos y autómatas animados con poleas y pedales; así como máquinas inspiradas en experimentos de causa-efecto para construir un mundo de fascinación, originalidad e ingenio artístico.

Los Hermanos Oligor comenzaron a representar este trabajo hace ya varios años en el sótano de Valencia que comparten con un taller de carpintería metálica y un pintor. Por aquel entonces, su engranaje de máquinas estaba sujetado al entramado de tuberías por el que bajaban las aguas de un bloque de viviendas.

Víctor Molina les propuso actuar en el Festival de Teatre Visual i Tetelles de Barcelona. Para ello, había que convertir aquella estructura fija en transportable. Con 'Las tribulaciones de Virginia' han recorrido ya algunos de los teatros y festivales más importantes de Europa. Jomi y Senen son los Hermanos Oligor. Naturales de Tudela (Navarra), estudiaron Bellas Artes en Cuenca. Testigos dicen que quienes entran en su carpa para ver este espectáculo no paran de exclamar "¡ah!" y "¡oh!". No importa la edad para 'Tribulaciones de Virginia'. que concitan a una cuadrilla de duendes.

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