Cultura

La mirada de Goya sobre la guerra irrumpe en Madrid

  • La Biblioteca Nacional muestra hasta el 25 de mayo los grabados y dibujos con los que el artista aragonés expresó los horrores de la Guerra de la Independencia

Los grabados y dibujos con los que Francisco de Goya expresó los horrores de la Guerra de la Independencia centran hasta el próximo 25 de mayo una exposición de la Biblioteca Nacional que pretende ampliar la visión del espectador sobre este conflicto en el bicentenario de su comienzo.

Miradas sobre la Guerra de la Independencia muestra más de 150 dibujos, grabados, estampas, documentos, libelos y mapas seleccionados por el catedrático de Historia del Arte de la Complutense Valeriano Bozal, comisario de la exposición, para expresar las distintas interpretaciones que en su época se hicieron del conflicto.

La muestra ha contado con "los mejores fondos del mundo sobre la Guerra de la Independencia", que son los de la Biblioteca Nacional, según Bozal. También hay aportaciones de otros museos, entre ellos el Prado, el British de Londres, el de Edimburgo y la Biblioteca Nacional francesa. El sufrimiento causado en la población española por la guerra es el eje de esta exposición, que tiene su punto central en Los desastres de la guerra goyescos.

El público tendrá la oportunidad de contemplar las pruebas que Goya realizó para estos grabados, que pertenecen a los fondos de la Biblioteca Nacional. Precisamente es el primero de los grabados de la serie citada, Tristes presentimientos de los que ha de acontecer, el que abre un recorrido que pretende poner de manifiesto que, aparte de la visión heroica de la guerra que enfrentó a los españoles con los franceses, hubo otras interpretaciones de este conflicto.

Organizada en colaboración con el Ministerio de Cultura y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, la exposición dedica su primera sala a los protagonistas de la guerra, con retratos de Fernando VII, Napoleón, José Bonaparte y Godoy. Luego aborda los antecedentes de la guerra, antes de centrarse en la contienda.

Los desastres de la guerra ocupan la parte central de la muestra, con estampas como Estragos de la guerra, en la que -según Bozal-, Goya plasmó, por primera vez en la historia del arte, las consecuencias de un bombardeo sobre la población civil. La muestra no se detiene en 1814, con el final de la guerra, sino que avanza hasta el final del trienio liberal, en 1823, para analizar las consecuencias políticas del conflicto.

Esta sección recoge diversas páginas de la Constitución de Cádiz de 1812 y dibujos satíricos tan hirientes como el que muestra a un implorante José Bonaparte arrodillado dentro de una gran botella con el vino llegándole al cuello o el que representa a un español defecando sobre Napoleón.

La exposición termina su recorrido con el regreso de Fernando VII y la vuelta al absolutismo, y exhibe el decreto del rey por el que anula la Constitución de Cádiz. Como epílogo, hay grabados de Goya -un monstruo que escupe animales muertos, un buitre gigante que acecha a unos hombres o unos presos custodiados en condiciones inhumanas-, junto a un documento de la renacida Inquisición que establece la lista de los libros prohibidos.

La muestra concluye, explica Bozal, con una pregunta, la que hace Goya al espectador con el aguatinta de El coloso: ¿A qué condujo tanta sinrazón?

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