Cultura

De nuevo, lo mejor de lo mejor

Desde finales de los años ochenta, fecha en la que de forma ininterrumpida una cabecera del Grupo Joly, apostara por la crítica de arte, fuimos defensores a ultranza de la programación que se llevaba a cabo en el Palacio de los Condes de Gabia. Durante muchos años, el viejo caserón de la granadina Plaza de los Girones era el punto de destino de muchas de las mejores exposiciones que se podían organizar. Allí hemos tenido la oportunidad de contemplar lo mejor de lo mejor del arte contemporáneo español y, allí se forjaron las ilusiones de muchos de los que ahora ocupan el privilegiado panorama artístico español. El que esto escribe que es asiduo consumidor del arte que se gesta en Granada, da fe de que la institución dependiente de la Diputación de Granada ha sido el auténtico aglutinador del mejor arte que se hacía en Andalucía. Sin embargo, he de reconocer que de unos años a esta parte y coincidiendo con la aparición del Centro José Guerrero, las excelencias de lo que antes se exponía en el Palacio de los Condes Gabias, bajó infinitos enteros. Una vez que han ocurrido esos tristes acontecimientos, en los que los herederos de José Guerrero han decidido llevarse la colección que albergaba el Centro, y después del periodo de reformas acaecidos en los Condes de Gabia, se ha recuperado aquel halo de esplendor expositivo que acontecía en el espacio granadino.

La exposición que ahora ocupa sus estancias es digna sucesora de aquello que antes tenía lugar. LA IMAGEN Y EL ANIMAL es una exposición con mayúsculas, bien estructurada, mejor ideada y con los argumentos claros de un arte que plantea los postulados de unos artistas que son, ejemplo claro de lo mejor que se hace ahora mismo en España.

Javier Sánchez comisaria una muestra, que fue auspiciada en su momento por uno de los programas INICIARTE, hoy desaparecido, como casi todo por culpa de la crisis - aunque este que esto escribe cree que se debe más bien a la falta de ideas y de interés político - y que se echa de menos en un universo artístico totalmente necesitado. Obras de muy dispar naturaleza, con planteamientos estéticos y plásticos variados, diferentes compromisos conceptuales y complejos estructurales de muy diverso orden, patrocinan una exposición donde la imagen y el animal generan un todo ideográfico con muchos desenlaces visuales y múltiples aportes escénicos. El animal ha sido elemento que ha formado parte a lo largo de la historia del arte de un amplio capítulo. El arte contemporáneo mantiene vivo ese interés. Sin embargo, la muestra no ofrece una galería documental de obras con la fauna como protagonista, es algo más, el planteamiento estético que una serie de artista conforma desde una simple, pero atractiva, situación conceptual y plástica.

Artistas importantes del amplio espectro de la modernidad componen un desarrollo expositivo donde escultura y pintura someten a la imagen animal a un proceso estructural con los registros personales de cada uno y sin dejarse coartar por los propios esquemas de una mera ilustración zootécnica. Autores tan dispares como Paco Pomet o Jesús Zurita, Miki Leal o Santi Ydáñez, Cristina Lama o José Miguel Periñíguez, Marina Vargas o Domingo Zorrilla, Martín Freire o Pablo Capitán, Rubén Guerrero o Antonio Montalvo y, al mismo tiempo, todos entre ellos, organizan una realidad expositiva que marca las rutas por donde circulan las aguas de un arte, hecho en Andalucía, con rigor, fortaleza y poder convincente.

Volvemos a encontrarnos con los buenos e inimitables argumentos expositivos de una de las programaciones más importantes de cuantas han existido en Andalucía. Por este camino volveremos a situarnos en los esplendores de un Palacio de los Condes de Gabia que fue auténtico referente de lo mejor que se hacía en España y que, en los últimos tiempos, por unas cosas y por otras, echábamos de menos. Creo que esta muestra debe ser el punto de inflexión para recobrar aquel entusiasmo que existió y que nos hacía peregrinar al viejo caserón de la Plaza de los Girones para reencontrarnos con lo mejor de lo mejor. Sería lo justo y necesario.

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